Según cuentan los cuentos, el fútbol lo inventaron los ingleses. Es probable que si hablaran los genes ancestrales de este juego, codificarían sus mensajes con acento argentino. Dicen que las madres argentinas dudan de si llevan en sus entrañas un feto o una pelota. Sea como fuere de tanto patear sus tripas, los pibes tras nacer, pasan del biberón a las gambetas.
Cuando mi padre volvía de Mestalla y relataba con suspense la crónica del partido, mi mundo era su voz. Los nombres de Walter, Chicao, Héctor Núñez formaban parte de figuras sin rostro que se hacían realidad con la foto del álbum de cromos. Llegó el día en que mis héroes de papel se transformaron en un paraíso de hierba: Waldo, Guillot, Mestre, Roberto…una experiencia de imágenes que creó un vínculo de por vida. Y llegó mi primer argentino. Se llamaba Sánchez Lage, interior ofensivo con buena técnica al que Pasieguito había fichado pese a tener más de 30 años. En las tres temporadas que estuvo en el equipo, aquel veterano que mostraba sus prominentes entradas de calvicie deleitó con su maestría y me enseñó el camino de los argentinos. Recuerdo la exquisita calidad del defensa Jesús Martinez oriundo de Lugo, las cabalgadas por la izquierda de Valdez, los malabarismos de Miguel Angel Adorno “El Ruso”, el goleador Mario Alberto Kempes, Darío Felman y un entrenador, Di Stéfano. Un ramillete de excelentes jugadores que aportaron calidad y leyenda. Una confluencia “che” que hizo cruzar el charco, tras una pelota de oro.
No fue la década de los 80 propicia para la llegada de jugadores argentinos: Urruti, Ciraolo y unos años difíciles en una encrucijada en la que se echó en falta aires de tango en la plantilla. En 1993 fichamos a Pizzi. Unos años después, con Roig en la presidencia, llegaron Moriggi, Campagnuolo, Ariel Ortega, Cáceres, Claudio López. Pero fue con el cambio de siglo cuando el Valencia de la mano de Héctor Cúper llegó a acariciar el colofón de su historia: dos finales de Champion. Con él en el banquillo también llegó Faggiani… Nombres como El Piojo, Kily, Pellegrino, Aimar, Ayala quedarán en la memoria como artífices de días memorables, con un carácter ganador impreso en su camiseta albiceleste que supieron transmitir y dejar el gozo sembrado de nuestras últimas grandes tardes de Mestalla.
¡Pibe!, no hubiera sido lo mismo sin vos.
Alfredo Cardona
Socio del Valencia CF
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Cuando mi padre volvía de Mestalla y relataba con suspense la crónica del partido, mi mundo era su voz. Los nombres de Walter, Chicao, Héctor Núñez formaban parte de figuras sin rostro que se hacían realidad con la foto del álbum de cromos. Llegó el día en que mis héroes de papel se transformaron en un paraíso de hierba: Waldo, Guillot, Mestre, Roberto…una experiencia de imágenes que creó un vínculo de por vida. Y llegó mi primer argentino. Se llamaba Sánchez Lage, interior ofensivo con buena técnica al que Pasieguito había fichado pese a tener más de 30 años. En las tres temporadas que estuvo en el equipo, aquel veterano que mostraba sus prominentes entradas de calvicie deleitó con su maestría y me enseñó el camino de los argentinos. Recuerdo la exquisita calidad del defensa Jesús Martinez oriundo de Lugo, las cabalgadas por la izquierda de Valdez, los malabarismos de Miguel Angel Adorno “El Ruso”, el goleador Mario Alberto Kempes, Darío Felman y un entrenador, Di Stéfano. Un ramillete de excelentes jugadores que aportaron calidad y leyenda. Una confluencia “che” que hizo cruzar el charco, tras una pelota de oro.
No fue la década de los 80 propicia para la llegada de jugadores argentinos: Urruti, Ciraolo y unos años difíciles en una encrucijada en la que se echó en falta aires de tango en la plantilla. En 1993 fichamos a Pizzi. Unos años después, con Roig en la presidencia, llegaron Moriggi, Campagnuolo, Ariel Ortega, Cáceres, Claudio López. Pero fue con el cambio de siglo cuando el Valencia de la mano de Héctor Cúper llegó a acariciar el colofón de su historia: dos finales de Champion. Con él en el banquillo también llegó Faggiani… Nombres como El Piojo, Kily, Pellegrino, Aimar, Ayala quedarán en la memoria como artífices de días memorables, con un carácter ganador impreso en su camiseta albiceleste que supieron transmitir y dejar el gozo sembrado de nuestras últimas grandes tardes de Mestalla.
¡Pibe!, no hubiera sido lo mismo sin vos.
Alfredo Cardona
Socio del Valencia CF
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Bonito homenaje a los argentinos que han vestido nuestra camiseta. Algunos de ellos legendarios, todos sabemos, y tú los has nombrado, quienes y otros no tanto. Y te has dejado a uno legendario pero a la inversa, el gran Jose Raul Iglesias, mítico.
ResponEliminaUn saludo
Jose Miguel Lavarías.
Cierto José Miguel, Iglesias falta en la lista y sospecho que alguno más.Gracias por tu apunte.
ResponEliminaEn los días que escribí estas líneas, Ever Banega volvía al Valencia después de su paso el Atlético. Parece que con muy buen pie. Que dure.
Alfredo Cardona
Todos palidecen al lado de Mario. O a mí me lo parece.
ResponEliminaEstoy de acuerdo con kawligas. Nadie tan grande como Mario Kempes, un jugador de verdad mítico, el único futbolista que de verdad he considerado un ídolo, el único al que he saludado por la calle con la impresión de estar dando la mano a una leyenda viva, y el único al que he pedido un autógrafo en mi vida. Grande, grande, grande Mario Alberto Kempes. Ojalá un día escriba un artículo pata últimes vesprades.
ResponEliminaMolt bon article, la garra i la pilleria de jugadors com el Kily, Ayala i alguns altres ara ens vindria mal per a saber jugar els darrers minuts dels partits.
ResponEliminaPer cert la foto és simplement ESPECTACULAR, digna d'un gran.
Josep Bosch
Los jugadores argentinos aportan en algunos casos (pocos) calidad y tecnica, y en prácticamente todos ellos "CARACTER", un bien muy preciado y codiciado que en los últimos años echamos de menos en Mestalla. Necesitamos un par de argentinos de raza por los menos.
ResponEliminaFenomenal artículo, dedicado a los jugadores argentinos.
PEPELU.
Coincido en la apreciación de la belleza de la foto.
ResponEliminaCuriosamente, esa foto la tienen colgada (supongo que entre otros lugares) en un lugar tan poco autóctono como el Kebap Kurdistán, justo al lado del Bar Ciudad Real, lo cual me alegra.
Sé que este blog es frecuentado por algunos seguidores de la imaginería valencianista que decora lugares públicos y negocios privados. En ese sentido, también tengo localizado un taller mecánico al lado de la Escuela de Idiomas con pósters antiguos de formaciones de nuestro equipo.
Saludos!