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La escritora Esther Tusquets cuenta en su último libro que ella siempre fue una profesional de la nostalgia. En cierta medida, eso nos pasa a todos. Algunos, más que otros, tratamos de evitarla, pero hay terrenos especialmente abonados para ella, de manera que resulta ineludible caer en sus redes. El fútbol es uno de ellos. Me siguen fascinando esos tipos que se saben de carrerilla las alineaciones de hace 40 años. Son unos chuletas que, sin venir a cuento, te lanzan los 11 jugadores que han permanecido en su corteza cerebral todos estos decenios. Nadie se lo pide, pero es como si tuvieran una necesidad fisiológica de expulsarlos cada cierto tiempo. Nunca llegué a tanto, aunque sí hay nombres que me acompañarán siempre: Forment, Adorno, Claramunt. Nombres rotundos, eternos, hermosos. Mestalla también, por supuesto.
La escritora Esther Tusquets cuenta en su último libro que ella siempre fue una profesional de la nostalgia. En cierta medida, eso nos pasa a todos. Algunos, más que otros, tratamos de evitarla, pero hay terrenos especialmente abonados para ella, de manera que resulta ineludible caer en sus redes. El fútbol es uno de ellos. Me siguen fascinando esos tipos que se saben de carrerilla las alineaciones de hace 40 años. Son unos chuletas que, sin venir a cuento, te lanzan los 11 jugadores que han permanecido en su corteza cerebral todos estos decenios. Nadie se lo pide, pero es como si tuvieran una necesidad fisiológica de expulsarlos cada cierto tiempo. Nunca llegué a tanto, aunque sí hay nombres que me acompañarán siempre: Forment, Adorno, Claramunt. Nombres rotundos, eternos, hermosos. Mestalla también, por supuesto.
Descubrí Mestalla a los dos años. Sentado en las rodillas de mi padre, que tuvo un pase en tribuna. Y mi imaginario viaja a escenarios muy abigarrados de aquellos años. A dos olores indelebles: la chaqueta de ante y el humo del puro de mi padre; a la carrera sin rumbo del lateral Tirapu; a los pases largos de Claramunt y los controles de Keita; a una visita al vestuario del Valencia donde estaba el patilludo Antón en paños menores; a un día que llegábamos tarde y oímos retumbar el estadio cada pocos minutos: Rep, Diarte y Kempes se habían empeñado en resolver el partido en los primeros instantes. Eso nos pasa a todos. Los recuerdos de la infancia son los más poderosos.
En 14 años siguiendo al equipo como periodista, repaso mentalmente y a vuela pluma cuáles han sido para mí los grandes momentos. Es una selección casual, con poco que ver con los éxitos o los fracasos. Me quedo con la personalidad de Zubizarreta, ya en el declive de su carrera, pero con la cabeza clarividente para contagiar un estilo y un concepto del juego. Y con la energía de Mendieta, por mucho que tuviera una mala salida: merece un reconocimiento. Supuso el regreso al esplendor perdido. Marcó, con su sublime actuación en la final de la Copa del 99 en Sevilla, el inicio de una época triunfal. Después de él, un puñado de gladiadores que supieron escalar cada año un peldaño: Cañizares, Djukic, Carboni, Albelda, Baraja y, ay, mi favorito Aimar, tan deslumbrante en su debut ante el Manchester United en un día de lluvias; tan frágil en su trayectoria posterior. El Valencia siempre tuvo jugadores que llenarán los ojos de los aficionados. Y los seguirá teniendo. Silva, Villa y Mata aseguran la felicidad en el nuevo estadio.
Allí donde nos llevan los inevitables especuladores, que pusieron fecha a la defunción de Mestalla: enero de 2010. Podían haber reconstruido el estadio sobre el mismo suelo y el mismo aire que vivió tantas historias maravillosas. El lugar es perfecto. Pero no. Se propusieron dar un feo pelotazo y lo van a dar. A cambio de qué: de seguir endeudados hasta las cejas. Me da pena irme de Mestalla. Ya nada será lo mismo. Esther Tusquets se queda corta con nosotros: hablando de fútbol, somos unos devotos de la nostalgia.
Cayetano Ros
Socio del Valencia CF
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11 comentaris:
Cayetano siempre me gusta leer tus crónicas en El País.
So un nostálgico de Pablo Aimar. Para mí junto a Kempes es el mejor jugador que ha jugado en el Valencia y al igual que el Matador se fue sin hacer ruido, sin grandes despedidas.
Sin Pablo Aimar, el Valencia no es igual, no hay nadie que lo veas y digas: "Este es un fuera de serie" Silva es muy bueno, pero distinto.
El Valencia continua y denro de un tiempo volveremos a tener a alguien que me vuelva a hacer pensar: "Este es de la clase de Kempes, de la clase de Aimar" Señores oeadores, atentos a los pibes de Córdoba, Argrntina, suelen darnos muy buenos resultados.
Sigue así Cayetano, da gusto leer una crónica de fútbol escrita por ti, eres el Pablito Aimar del periodismo, y eso es mucho.
Discusiones al margen, sobre hegemonías o filias, si Kempes o Aimar o ambos, me reconozco en todas y cada una de las líneas de tu texto.
Lo cual no supone otra cosa que has cpatado la esencia de lo que mucos snetimos en aquellos lejanos años de nuestra educación sentimental.
Como nota al margen: disfruté un montón en la cena del martes. Fue un verdadero privilegio estar allí
Cayetano abre un nuevo rumbo al blog: los culpables de que tengamos que irnos de Mestalla. Nos habíamos olvidado de ellos entre tanta pompa y tanta nostalgia.
A mi de nano también me llamaba la atención Tirapu. Se metían mucho con él. Era atolandrado y ofrecía poco al juego pero tenía un físico felino. Un incomprendido de Mestalla...
Ahí hay un post: LOS INCOMPRENDIDOS DE MESTALLA.
bar Torino
Tirapu... Un caso ejemplar de que el nombre hace la cosa.
Abrazos,
Pepe
PS. En nuestro caso, la diseminación de la culpa echó paletadas de tierra sobre la demolición de Sarriá. Tanto se obvió a los verdaderos responsables que llegamos al catalanísimo consenso de decir que la culpa la tuvieron los fichajes de Korneiev, Moj, Galiamin... Y aquí paz y después gloria.
fue una pena que se fuera aimar era un crac
http://valenciacdf.wordpress.com/
la actualidad del Valencia CF
Si yo fuera Fernando Gómez, volvería a traer a Pablo Aimar al Valencia. Con él, Silva, Villa, Joaquín, Mata, Vicente sí tendríamos una plantilla extraordinaria.
No nos permitieron disfrutar de Aimar y Silva juntos.
Y los grandes equipos tienen grandes jugadores, no venden a uno porque ya tengan a otro bueno.
Plataforma ¡Vuelve Pablo Aimar!
Aimar está bien donde está. Como dice Dylan en su última gran canción:
Ain't talkin', just walkin'
toda la informacion sobre el valencia cf en
http://valenciacdf.wordpress.com/ visitelo
proximo partido Real madrid - valencia cf
Suscribo al 100% este magnífico post. Normalmente se dice que la historia dejará a cada uno en su lugar. A los responsables de que nos tengamos que ir en Mestalla el fútbol ya los ha sentenciado en el mero presente. No ha hecho falta esperar a ninguna posteridad.
V. Chilet (otro aimarista recalcitrante).
Y la foto que ilustra este post...sensacional.
bar Torino
Dosis de nostalgia dan sabor a la paella de Mestalla.
Es posible que la foto sea de la temporada 70-71. Llevan brazalete negro.
Los centrales: Sol y Aníbal, y al costat Antón, ¡Ufff!
Alfredo Cardona
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