dimarts, 20 de juny de 2023

CIEN AÑOS DE PERDÓN

VICENTE PERIS LOZAR 1923-2023

“Unos lloran con lágrimas, otros con pensamientos”. Octavio Paz


Me atrevería a decir que desde la marcha cívica y los actos del Centenario de 2019, no me sentía tan bien conmigo mismo al estar escribiendo esto en el lugar y en el sitio apropiado que me dicta hoy mi corazón, en una terraza enfrente de Mestalla, aquí estuve hace un mes aproximadamente, el pasado 20 de mayo, haciéndole honores en su siglo de vida y aquí estoy ahora, de nuevo, casi un mes después, para rememorar otro día 20, pero de junio, haciendo algo que me pide mi espíritu valencianista en plena decadencia.

No sé todavía si pongo punto y aparte, punto seguido o punto final, depende de ellos, de los malos de la película, pero antes de cerrar la puerta le debo esto a él, y también a ella, al padre, a la hija y a mi conciencia.

“Algunos hombres buenos” era el título de una película y bien podría haber sido el título de este texto.

La primera historia oficial del Valencia CF me cayó en las manos con 12 años y me la regaló mi padre “ Historia Viva del VCF “ del año 1987, era por fascículos y editado por Las Provincias, muy bonita, acabábamos de subir de nuevo a primera división y había de nuevo una euforia magnifica en las nuevas generaciones de chavales por el sentir valencianista. No obstante, siendo preciosa en cuanto a la actualidad del momento era también un breve resumen del club pero omitía datos y sobre todo a muchas personas, como bien me di cuenta tiempo después.

Tres años después Miguel Domínguez en su libro “Equipos con Historia” de 1990, me reveló por primera vez a una persona y le concedía una página completa” Muerte en Mestalla” y adjuntaba una fotografía.

Ahora sería fácil, con internet, un click y ya tienes la información, pero antes no era así.

En 1994 Jaime Hernández Perpiñá actualizó su historia del club editada previamente (sin yo saberlo todavía) en 1974. El relato de Jaime era brutalmente sincero y honesto, alguien que sabía desde su experiencia personal de lo que hablaba.

También Paco Lloret en su dilatada carrera le hizo justicia varías veces en alguno de sus libros o artículos.

Con Rafa Lahuerta en Gol Gran llegó la poesía y el amor a Mestalla, el relato de aquellos años son pura magia de cultura de club, digna de la herencia y pasión que transmitía aquel hombre desconocido del que nadie nunca me habló.

“La balada del Bar Torino” fue el libro que necesitábamos y que nos hizo, a mí personalmente, devolverme la fe y la pasión por el club de Mestalla. Esa actitud, ese valencianismo arraigado y desgarrador de Lahuerta me hizo llevar el 8 de mayo de 2021 en la protesta contra los zoquetes de Singapur, una foto de Vicente Peris en las manos y anclarla a las puertas de entrada en la Avenida de Suecia; fue un acto breve y de justicia efímera pero que devolvió por unas horas la dignidad a una institución deportiva secuestrada y empequeñecida a todos los niveles posibles.


Pero quizá la mejor definición de su personalidad la leí hace relativamente poco en el libro del centenario del club y corría a cargo de José Ricardo March:

“Valencianista de cuna, Vicente Peris representaba la plasmación del sueño del aficionado medio: trabajar para el engrandecimiento de su equipo.
Desde su entrada en las oficinas de la calle Félix Pizcueta, en 1939, como botones, Peris no hizo otra cosa que servir al club de su vida. Tras recorrer prácticamente todos los puestos administrativos del Valencia y capitanear la creación del CD Mestalla, Peris fue nombrado secretario general adjunto en 1952, paso previo para asumir el relevo de Luis Colina, su labor mantuvo las constantes vitales de su predecesor, con una predilección especial por el cultivo de la memoria valencianista”

Es cierto que mucha gente estando dirigiendo el club perdió dinero, patrimonio personal, salud o reputación y algunos hasta la dignidad por el Valencia CF; pero Vicente Peris se dejó lo más importante, irreparable y preciado; la vida. He aquí la sustancial diferencia y la deuda que tenemos todavía a día de hoy con él y sobre todo con su familia.

A tiempo estamos cuando el club esté liberado y rearmado de poder reparar una de las tantas cosas que tenemos pendientes con la memoria y dignificación de uno de los nuestros.

También quería pedir disculpas a Merchina Peris Arráez y familia, por si en algún momento dentro de la larga travesía que han sido estos más de 50 años de valencianismo sin el alma máter, habéis sentido alguna vez la falta de calor, el olvido o la indiferencia durante lustros o décadas al no haber estado el Valencia CF ni su entorno a la altura de lo que él representó para nosotros en el pasado y del referente que es en la actualidad.


La historia no se puede borrar ni cambiar, pero hay que escribirla para que ni se olvide ni se altere.

Este 2023 ha sido un año malo, terrorífico para el club, pero para mí lo único gratificante (y que me ha servido para aguantarlo y soportarlo) ha sido honrar a Mestalla y a D.Vicente Peris Lozar en su centenario, no tenía otra motivación para continuar con esta pantomima de club que vamos a heredar del señor Lim y su banda de malhechores.

Esto es una despedida, y las buenas despedidas deben ser rápidas, concisas y directas.

Yo me bajo aquí, pero a todos vosotros, los de entonces y los de ahora, gracias por remover las brasas y mantener la llama.

Mi gratitud es eterna y enorme, como el legado de Vicente Peris Lozar.

Amunt Sempre amics.

I ho sent molt.



Tirant Lo Blanc i negre @Espiritu_del_79

dimarts, 6 de juny de 2023

COMUNICAT ÚLTIMES VESPRADES A MESTALLA


Davant del comunicat emés pel València CF en acabar esta temporada, el col•lectiu Últimes vesprades a Mestalla vol manifestar la seua repulsa pel seu contingut, que no fa sinó acreditar que el desgraciat temps de Meriton entre nosaltres ja ha finalitzat. Meriton, i no per molt de temps, té la possibilitat d'optar per una eixida honrosa o per una eixida dolorosa.

L'opinió pública ja ha dictat sentència d'una manera notable i reiterada al llarg de tota la temporada. No es pot reiniciar cap comptador ni d’inaugurar cap nova etapa, perquè no és cert que hi haurà un canvi d'actitud, ni un treball dur, ni res semblant: és, una vegada més, la mateixa estratègia de sempre, que enguany quasi acaba amb el descens, i que, de no ser clausurada, acabarà amb la vida d'este entitat centenària.

No hi ha excuses que valguen per a qui és incapaç de la generositat davant del patiment aliè. Davant d'un maltractador que agredix una persona mentre la té segrestada, no valen ni excuses ni rectificacions: allò que s’ha de fer és protegir a la víctima, i que es dicte una ordre d'allunyament que evite el patiment i protegisca la seua vida.

Reclamem al món de la política una posició ferma i desinteressada per a resoldre este conflicte, i exigim a tots els que ens situem en l'oposició a Meriton perseverar amb un últim esforç per acabar de manera definitiva esta etapa de perversitat i incompetència.

Per últim, no podem evitar senyalar com a culpables d’esta situació també a les persones que des del club han participat amb Meriton en la presa de decisions, en la seua condició de col·laboradors necessaris: han deixat passar el temps de la rectificació i han triat la indignitat. Encara estan a temps de posar el València primer lloc. És el moment de fer-ho. Ara o mai. És ells o nosaltres.


ÚLTIMES VESPRADES A MESTALLA 

dijous, 1 de juny de 2023

POR TI PAPÁ, POR NOSOTROS Y POR ÉL, NUESTRO VALENCIA C.F.


Volem agrair la família Grau Navarro l’oportunitat de publicar al nostre blog esta emocionant mostra de dignitat i valencianisme en front d’aquells que pretenen utilitzar l’amor incondicional i la fidelitat dels valencianistes per amagar tant la seua voluntat de convertir el València en un instrument per als seus negocis i com la seua mediocritat en la gestió del club. Des del nostre col·lectiu animem tots els valencianistes a seguir este magnífic exemple i no col·laborar ni participar en cap iniciativa impulsada per qui, sense dubte, representa la major amenaça que ha patit el nostre València CF al llarg de la seua història.

Estimados Señores:

Por la presente acuso recibo de su invitación a los actos en honor a los socios que han cumplido 50 años de antigüedad en nuestro querido Valencia CF. Lamentablemente, nuestro padre ha fallecido en este tiempo y no ha podido tomar la decisión, pero nosotros, como su esposa e hijos, tenemos la responsabilidad de trasladar lo que mi padre hubiera deseado en estos momentos.

No podemos imaginar un momento más feliz para él, que poder recoger un homenaje del club que amaba, por su fidelidad durante más de 50 años al mismo. No, no lo hay. Y recibirlo de cualquiera de los presidentes que ha tenido nuestro club y que, con total desinterés personal, con profundo amor al club y a su ciudad, se dejaron parte de su vida manteniendo viva la ilusión de miles de valencianos y valencianistas, desde D. Luis Casanova, D. Julio de Miguel, D. José Ramos, D. Jaime Ortí y especialmente D. Arturo Tuzón, entrañable vecino de localidad de nuestra familia durante muchos años.

Somos una familia, cuyo valencianismo viene de varias generaciones atrás, desde nuestros abuelos, que en los años 40 ya iban con asiduidad al viejo Mestalla, y que ahora verían con tristeza la miserable celebración de su Centenario. Ellos legaron su valencianismo a nuestros padres, y ellos a nosotros, y nosotros a nuestros hijos. Entre todos los que, hoy en día, somos socios de nuestro club, sumamos más de 140 años de antigüedad como socios. Y vemos con tristeza y rabia, la situación actual del club. No voy a repetir aquí lo que miles y miles de valencianistas sentimos. El desprecio hacia nuestra identidad como club, a nuestras raíces, a nuestro sentimiento son sólo algunos ejemplos.

Nuestro padre no podría imaginar su vida sin el Valencia Club de Fútbol, sin sus domingos paseando desde casa a Mestalla, sin sus disgustos, sin sus alegrías, y eso no lo olvidamos. Por el legado de nuestros mayores y que queremos dejar a nuestros hijos, vamos a renunciar a ir al acto y recoger la insignia del club, con la esperanza y la convicción de que algún día la podamos recoger de manos de quiénes dignamente representen a los que él hubiera deseado.

Sin otro particular.

Un saludo.

Familia Grau Navarro.

dimecres, 24 de maig de 2023

COMUNICAT DAVANT LA CAMPANYA MEDIÀTICA CONTRA EL VALÈNCIA C.F.

Últimes vesprades a Mestalla vol manifestar el seu compromís amb els valors d’una societat democràtica, sense cap tipus de racisme, en qualsevol àmbit, i en tots els estadis de futbol. Per això condemnem la campanya mediàtica que ha conduit a una resolució de la justícia esportiva discrecional i arbitrària, i de persecució a una concreta entitat. Este no és, lamentablement, un episodi de racisme, sinó del control de la competició.

També reclamem als representants de MERITON que hui ocupen càrrecs de representació en el Consell d’Administració del València C.F., una contundent acció de defensa de la dignitat dels aficionats de Mestalla, i en concret identificant tots aquells elements ultres als quals han usat per a diluir les protestes de l’afició, i que tan greus conseqüències han tingut per al València C.F.

Demanem a totes les aficions rivals la seua comprensió davant este injustificat cas de desigualtat.


Últimes vesprades a Mestalla

dissabte, 20 de maig de 2023

NADA DE ADIÓS MESTALLA



En mi caso no fue un sentimiento heredado. A mis padres debo agradecerles algo que
 tiene mucho más mérito, que no se volvieran locos intentando comprender mi locura. 

Todo surgió en un modesto patio de colegio desde el que se divisaba la silueta del Fondo Sur. Cuando Mestalla te guiña un ojo ya eres parte de él.

A la salida de clase jugábamos a fútbol en sus aceras. Las puertas, por aquel entonces verdes, hacían de porterías y más de una vez “encalábamos” el balón en sus entrañas a las que acudíamos a recuperarlo. Nos las sabíamos de memoria, éramos parte de ellas.

En primavera, cuando alargaba la luz del día, pasábamos algunas tardes en la sede social que soñó Peris, rodeados de banderas, trofeos y fotos. Era una habitación más de nuestra casa.

Los primeros pases eran de cartón y las crecientes muescas sobre su superficie un certificado de fidelidad al club.

Sobre su General de Pie, entre avalanchas, creímos llevarnos la vida por delante hasta que la maldita Ley de Sociedades Anónimas Deportivas nos escupió que la vida iba en serio y nos obligó a permanecer sentados y controlados en las dimensiones del nuevo teatro en el que habían convertido nuestro club y nuestro campo.

Han pasado cuarenta años de mis cincuenta y sus cien y ahora que acudo a él con mis hijos de la mano (se trata ya de un sentimiento heredado), puedo decir que nunca he vivido tanto tiempo en otro lugar. Mi arqueología vital gira a su alrededor: infancia, adolescencia, juventud, madurez y hasta que el cuerpo (el suyo y el mío) aguanten.

En los años noventa un amigo me dijo: “Nano, tú no podrías huir nunca de nada.

Sabríamos dónde encontrarte. Bastaría con esperar un domingo de fútbol en Mestalla”. Años más tarde, Campanella dio forma a aquella reflexión en El secreto de sus ojos y yo continúo regresando al viejo campo. Teníamos que haber patentado aquel guión.

No puedo imaginar la posibilidad de que un día Mestalla deje de existir, de que se cometa esa aberración de la que tantos años llevan hablando, incluso presumiendo.

Si Mestalla es un pueblo su destrucción será un genocidio. Que se metan sus delirios de grandeza por donde les quepa, no necesitamos un estadio nuevo, queremos quedarnos en nuestro campo.

Me niego visceralmente a formar parte de esa complicidad que asume su caducidad impuesta. ¿Por qué?. Todo, absolutamente todo es reconducible y yo me quiero quedar en Mestalla para siempre. ¿A dónde podré huir si no?

Felicidades, viejo, y ya sabes que por lo que a mí respecta, nada de adiós Mestalla.

Jose Carlos Fernández Haba, socio del VCF y miembro de Uvam. Cuarenta años y mil partidos en Mestalla.

divendres, 19 de maig de 2023

MEMORIA DE UN VALENCIANISTA SIN PEDIGRÍ

1919-2023 MESTALLA

Dedicat a tots el meus amics valencianistes ( ja sabeu qui sou ) i en especial a la guardiana de la esencia del ser, Merchina Peris.

Memoria de un valencianista sin pedigrí



No, yo no tuve un abuelo, tío o padre que me acompañara a Mestalla los domingos alternos de cada mes. No había casi dinero en casa suficiente como para permitirnos ese placer y lo asumí con la naturalidad que puedes tener con 8 o 9 años. En esos tiempos pude comprobar que en el colegio éramos bastantes los niños con la fé del murciélago; eran los años duros pre/post descenso, pero había buena base para el futuro, porque entonces no existia la basura mediática de ahora y ser del club de tú ciudad o región era hacer patria. Era costumbre (al menos en Torrent) y no podía faltar, una senyera del Valencia CF en tus regalos de cumpleaños o de comunión. Siempre aposté por mi equipo en lo que yo llamo “los años de la transición”, en los que no teníamos ningún referente claro.

De ahí viene todo.



El descenso apenas lo recuerdo como un trauma, no fui consciente del drama hasta que empezó la temporada en segunda con la UD Figueres y luego Sestao, Cartagena, Jerez, Logroñés, filiales..etc.

Ese año no salimos en el álbum de cromos de Ediciónes Este y me di cuenta de la magnitud de la tragedia, sin embargo nuestra fe por el club en el colegio sé multiplico por cien. Nada ni nadie podría hacerme cambiar mi historia. Esa temporada seguí los partidos del equipo desde una radio que perteneció a mi abuelo Pascual y que solo podía recibir dos o tres emisoras de AM. Recuerdo, ahora lo sé, que era Antonio Rubio de Radio Nacional el que narraba esa temporada.


Desde la modesta casa de campo de mis padres a la que íbamos los fines de semana, escuchaba los partidos y me hacía promesas. Si el Valencia marcaba gol me obligaba a mi mismo a dar varias vueltas a la caseta para aliviar la tensión y la alegría. Era un ritual de celebración. Volvimos a primera gracias a una generación de chavales como Quique, Fernando, Revert, Giner, Voro, Alcañiz, Sixto, Fenoll y gracias al compromiso (y responsabilidad) de Sempere, Subirats o Arias, la travesía en segunda duró tan solo unos meses.

Imagino que como premio a lo único en lo que mi padre y yo hemos estado de acuerdo en la vida, un día de agosto de de 1987 me enseñó dos entradas para el Trofeo Naranja. Íbamos a ver al Valencia CF contra el FC Barcelona.

El día señalado dejamos el viejo SEAT 1500 aparcado en una zona lejana ya que la matrícula era de Lleida y mi padre temiendo la jugada quiso ser previsor “a vore si encara me fotrá el cotxe algún fill de puta”.

Indescriptible mi reacción al ser consciente de que por primera vez iba a ir a Mestalla. Sigo pensando de dónde sacaría el dinero el pobre hombre y sospecho de mi abuelo Alfonso, que era zapatero remendón en la calle Murillo en plena frontera entre el Barrio del Carmen y Velluters y al que mi padre solía acudir con la excusa de “ vamos a ver al abuelo” y así de paso siempre le caía alguna gratificación.

Como no podía ser de otra manera fue en el Gol Gran, arriba del todo, ya sabéis, donde nos juntábamos los pobres, los solitarios, porretas y demás fauna.

Ese run run, ese murmullo, esas luces, ese himno, ese césped, esa sensación de ver algo único e inédito en tu vida que hasta ese momento solo era algo inalcanzable. Recuerdo también asomarme por la grada y ver la calle Joan Reglá repleta de furgonetas de la policía, eran esos tiempos de cuando el Barça caía peor que el Real Madrid.

Esa fue mi primera vez y con mi padre.

Pero hubo otra primera vez, contra el mismo equipo, al año siguiente en la temporada 88/89, pero fue diferente y es la crónica de un pecado irresponsable e inaceptable que cometí a los quince años.

Recuerdo ver a mi madre trabajar sin descanso, a destajo, y a veces de madrugada, cosiendo camisas o pantalones en un pequeño habitáculo de casa para sacar rédito a la maltrecha economía doméstica de la época. En uno de esos días ayudando a desembalar los fardos para facilitarle el trabajo toque algo duro en una de esas prendas. Fue cuando cometí el pecado.

Había una carterita pequeña con papeles y un billete de cinco mil pesetas. Ya sé lo que hubiese hecho cualquier niño decente, responsable y buen hijo y mas con las circunstancias con las que malvivíamos, pero yo no lo hice.

Amparándome en una mentira cómoda conseguí convencer a mi primo Alfonso, que era unos años mayor que yo, de una aventura. El plan consistía en ir a Mestalla, coger el tren desde Torrent y apearse en la antigua estación de Jesus y luego caminata hasta el templo.Toda una odisea.

Cometido el delito, ahora sólo faltaba disfrutar de él.

Era el partido de la segunda vuelta contra el FC Barcelona, estuvimos en la general de pie detrás de los Yomus, que se pasaron prácticamente todo el partido gritándole a Alexanco “violador, violador, violador” por un incidente del vasco con una lugareña en una concentración de pretemporada que casi le cuesta la cárcel y el matrimonio.

Recuerdo el resultado, 1-1, con golazo de uno de los mejores jugadores que yo he podido ver en Mestalla, Fernando Gómez Colomer. Cosa fina.

Poco mas recuerdo de aquel día solo que al salir me compre en un tenderete un azulejo pequeño con el escudo del Valencia CF que lamentablemente no encuentro desde hace tiempo entre mis cosas.

De los muchos pecados que cometí siendo menor de edad este es el que más he disfrutado. Con los años Mestalla iba a convertirse en un lugar donde iban a converger amigos, novietas, alegrias, lágrimas, cabreos y desgarradoras arengas cargadas de pasión y porque no decirlo, de sufrimiento; también en plan personal y si exceptuamos a alguna mujer, nada ni nadie me ha echo sufrir o disfrutar más en mi vida que Mestalla. Esto es. Nos asentamos en primera división de nuevo con alguna dificultad, con un Alfredo Di Stefano ya en su última etapa, luego, ya en los primeros 90 y con entrenadores tan diferentes como Esparrago o Hiddink, se consiguió revitalizar al club con buenos resultados. Quien nos iba a decir a todos los que fuimos a la finalde la Copa del 95 (la final del agua y del granizo) que quedaba muy poco para el gran Valencia CF de Ranieri, Cuper o Benítez.



En esa bonanza ya no pude estar en primera línea; pero eso es otra historia.

A mis amigos José Moret, Román Navarro Bacete y José Sáez Lorente.

Y a todos los valencianistas que, como ellos, nos dejaron demasiado pronto.

Tirant Lo Blanc i negre @Espiritu_del_79












dissabte, 13 de maig de 2023

MI QUERIDO Y VIEJO MESTALLA



Nos conocimos un 7 de abril de 1968, la cita fue a las 16,30h. Como casi todos los niños que te visitan por primera vez, fui de la mano de mi padre. Las cosas no salieron bien y el Espanyol (en aquella época Español) nos ganó 2-3. Los dos primeros goles que vi marcar en tus porterías los hizo Guillot y ese día debutó Blayet. Pero lo que de verdad me impactó cuando me asomé por el vomitorio fue la dimensión y el color verde del terreno de juego y esa grada tan especial que tenías frente a tribuna y que estaba abarrotada.

Volvimos a quedar dos años más tarde, el 12 de abril de 1970. Esta vez todo fue mejor y le ganamos al Athletic por 1-0 con gol de Nebot. Ese día me di cuenta que te habían cambiado de nombre, te llamabas Luis Casanova aunque en casa mi padre siempre te llamó Mestalla. Afortunadamente en 1994 volviste a tu nombre original. Desde septiembre del 70 nuestras citas fueron más habituales hasta convertirte en mi segunda casa. Poco a poco fui descubriéndote rincón a rincón y conociendo tu historia. Tuviste un hermano mayor que se llamó Algirós, que sólo tuvo cuatro años de vida y no se sabe cuándo tendrás otro cuyo parto está siendo largo y complicado, y estoy seguro que no tendrá ni tu historia ni tu encanto.

Hasta que se inventó ese torneo que se llama Conference League eras el único campo español (y quizá de Europa) donde se habían disputado todas las competiciones europeas de clubs. Desde la antigua Copa de Europa a la Champions, de la Copa de Ferias a la Europa League pasando por la Copa de la UEFA, desde la Recopa a la Supercopa de Europa y la Intertoto. Por desgracia, en estos momentos, eso de jugar competición europea nos suena a "chino". Ojalá en lo que te quede de vida las volvamos a disfrutar y seas siempre un campo de Primera.

Hemos reído y llorado juntos, hemos disfrutado y nos hemos cabreado, has rugido como nadie, con esa acústica tan especial que tienes que te hacen único, aunque últimamente estás un poco dormido. Será la edad. Has sido fallero cuando recibías al equipo con tracas y música. También olímpico y mundialista, campo de atletismo y velódromo de ciclismo, recinto de conciertos y mítines políticos. Has sufrido una guerra civil, una riada y una pandemia. Tienes dos libros gracias a Paco Lloret que cuentan tu historia y hasta un pasodoble.

He vivido contigo momentos muy especiales, como los minutos de silencio dedicados a mi padre y hermano. Hemos celebrado títulos (el primero la liga del 71), goles míticos como el de Forment o Tendillo, remontadas increíbles, el inolvidable partido de leyendas del Centenario donde tuve el honor de participar en los actos y poder pisar tu césped o disparar delante de tu fachada la traca como recuerdo del gol de Forment el año del Centenario de nuestro equipo. También hemos sufrido golpes duros como el descenso, alguna eliminación en el último segundo o la repentina muerte de Peris.

Poco a poco fuiste modernizándote. De las sillas de enea pasaste a las butacas de plástico, del marcador manual al electrónico. Desaparecieron las oficinas y la sala de trofeos (y muchas cosas que había en ellas). Fuiste creciendo y cambiando tu aspecto.

Por tu césped han jugado las grandes estrellas del fútbol mundial, como Di Stéfano, Pelé, Beckenbauer o Cruyff y nuestros mitos Puchades, Wilkes, Claramunt o Kempes, junto a todos los jugadores que han defendido nuestra camiseta.

Vas a cumplir 100 años y "pronto" te derribarán. Contigo se irán miles de historias y recuerdos de los valencianistas. Valencia ya no será la misma, le faltará uno de sus iconos. Será triste pasar por la Avenida de Suecia o Aragón y no verte. Siempre permanecerás en el corazón de todos los valencianistas.

Te echaré de menos, mi querido y viejo Mestalla.

Ah! Y feliz Centenario.


Javier Iranzo Miguélez

divendres, 10 de febrer de 2023

NO OS VOY A PEDIR QUE VAYAIS A MESTALLA EL 11 FEBRERO 2023



Quien me conoce sabe que lo que voy a expresar es real, sincero y con mucho sentimiento.

NUNCA os he pedido que os hagáis socios (los que no lo sois).

NUNCA os he pedido que compréis acciones (a terceros o en las ampliaciones de capital).

NUNCA os he insistido ni presionado (solamente aconsejado o informado) que vayáis a otras manifestaciones o actos a favor del Valencia CF.

NUNCA os he pedido que portéis o colguéis en vuestros balcones una pancarta de “Lim go home”.

NUNCA os he pedido que realicéis cualquier actividad relacionada con el Valencia CF.

En cambio, SÍ OS HE OFRECIDO e INSITIDO muchas veces durante años una invitación a MESTALLA cuando disponía de pases libres.

SÍ OS HE OFRECIDO viajar juntos a las finales, buscando entradas debajo las piedras.

Pero ahora TAMPOCO os voy a pedir que os acerquéis mañana sábado a rodear por los cuatro costados las fachadas de nuestro CAMP DE MESTALLA.

Pero SÍ OS LO PIDE el murciélago, el escudo, el balón y hasta la franja azul que tiene el honor de portar el nombre de VALENCIA CF.

También OS LO PIDEN todos los ex directivos, ex jugadores, no voy a nombrar a ninguno concreto (la lista sería grande), pero como excepción me voy a permitir citar a uno en nombre de todos, D. Vicente Peris, no solo por su buen hacer como gerente del club sino también por su emotiva historia de cómo se despidió de nosotros, de su Valencia, en nuestro Mestalla, nada más acabar un partido frente al Atlético.

También OS LO PIDEN todos los empleados de base, los jardineros, los porteros, los taquilleros, los utilleros, etc. Tampoco los voy a nombrar. Esta lista sería aún más extensa, pero sí es una obligación mencionar en representación de todos ellos a D. Bernardo España, nuestro Españeta.

A los que SÍ EXCLUYO (y tener por seguro que TAMPOCO LO PEDIRÍAN) son los directivos que representan al máximo accionista desde el año 2014, esos que, por decir algo, simulan que trabajan por nuestro club estando en nómina en una empresa con sede social en el paraíso fiscal de Hong Kong.

Siguiendo con la lista de quién NOS PIDE sumo a todos nuestros abuelos, padres o tíos, que muchos de ellos ya no están, pero no os engañéis, sí están, algunos incluso nos lo recuerdan cada jornada local porque mantienen su chapa en su sufrida butaca, y los que no tienen chapa, su ADN sigue y perdurará al igual que el resto siempre en nuestro emblemático CAMP DE MESTALLA, al que aprovechando este escrito (y como tenemos tantos frentes abiertos) hago una clara reinvindicación para que nuestra segunda casa siga los próximos cien años en el mismo lugar, o como mínimo se mantenga esa fachada histórica de la Av. de Suecia, algo completamente compatible con una posible ATE, pues hay metros cuadrados de sobra en las zonas verdes obligatorias.

Quiero sumar a esta lista de quién NOS PIDE desde a uno de los aficionados más reconocidos y admirados, Jorge Iranzo, hasta otro desconocido, pero no por eso menos valencianista, como fue mi amigo Juanjo Bonora que nos dejó a las pocas semanas de ganar la copa de 2019, dejando grabado para siempre nuestro escudo en su lápida.

Nunca me olvidaría de hacer mención a todos, absolutamente a todos, los aficionados que han disfrutado y llorado por nuestro club, y ya no están con nosotros. Desde el primero que se nos fue, allá por el año 1919, hasta el último (que muy posiblemente se nos haya ido hace unos minutos sin saber quién es).

Pasando por el “penúltimo” homenajeado con mucha emotividad hace unas semanas, nuestro capitán José Gaya. Por cierto, GAYÁ NO NOS LO PIDE porque su cargo no se lo permite (esto NO es una afirmación, ni por supuesto hablo en su nombre). Es solo una opinión personal y mi intuición, que pocas veces me falla.

En esta lista de quien NOS PIDE que acudamos, para mi están los más importantes, las futuras generaciones, nuestros hermanos pequeños, nuestros hijos, nuestros nietos, los hijos de nuestros amigos, los que han nacido en el último lustro y serán del Valencia CF.

Ellos son los más importantes porque son el futuro, porque son la garantía de seguir construyendo esta institución con ya casi 104 años de historia.

Que no nos pregunten nunca, ¿por qué vosotros heredasteis un club digno y nosotros no?

El sábado 11 no se trata que solo los aficionados elijamos si entrar en el minuto 19, entrar en la segunda parte o cualquier otra alternativa. Se trata de que, todos los que no tengamos una excusa contundente que nos impida acudir, nos acerquemos a Mestalla, aunque no se sea poseedor de pase o entrada.

Da igual si disfrutamos de vuestra presencia en la Avda. Suecia o por la Avda. Aragón, por la calle Juan Reglá o por la conocida Artés Gráficas. Los cuatro lados son buenos para que nuestros jugadores nos oigan y se sientan más arropados incluso que si estuviéramos en el interior del templo.

Pero, sobre todo, para que nos oigan los que humillan y desprestigian nuestro club, con el objetivo de conseguir acelerar que vendan el club con la misma rapidez que han despedido a más del 80% de los empleados desde que aterrizaron y que, algunos de ellos, llevaban veinte o treinta años trabajando en el Valencia.

Solo que pongamos la tercera parte de interés que ponemos todos los socios (y los que no lo son) en ir a las finales, sería un éxito sin precedentes, para que entiendan no solo Meriton si no también Jorge Mendes (que NO se nos olvide el socio de Peter Lim) que no tienen otra opción que vender y si esa venta se culmina en Junio de este año mejor que en el próximo.

El sábado NO HACE FALTA entrar en sorteos, no hace falta hacer cola para ir a por la entrada, no hace falta tirar de contactos para que nos consigan una entrada.

El sábado NO HACE FALTA comprar un vuelo chárter internacional, un vuelo nacional, un tren especial, habitaciones de hotel o alquilar una furgoneta.

El sábado NO HACE FALTA gastarse 800-900 € por persona si es una final europea o 300-400 € si es una final en territorio nacional.

El sábado SOLO NECESITAMOS, acudir, prácticamente sin coste alguno, sin largas esperas y sin grandes desplazamientos.

El sábado SOLO NECESITAMOS llevar la misma energía y el mismo orgullo y pasión que transmitimos en las finales o en las celebraciones de los títulos por nuestras calles y pueblos.

Y yo me pregunto:

Si a una final iríamos 70.000 si dispusiéramos de ese número de entradas, ¿por qué en el peor momento de la historia de nuestro club, el mismo club que nos dieron vivo, sano o a veces herido, pero siempre con sus señas de identidad intactas, a algunos nos cuesta tanto acudir?

No busquemos excusas en el pasado argumentando “que si no hubiera pasado eso, o no hubiera pasado lo otro”, no busquemos responsables para no sentirnos culpables por no ir.

Miremos solo por el futuro más inmediato, por lo herido que esta nuestro Valencia CF y nuestro CAMP DE MESTALLA. Miremos, POR FAVOR, por las futuras generaciones, por nuestros descendientes.

Que no sea nuestra generación, la que NO luchó, por salvar el honor y la identidad de nuestro club. Ni nuestros descendientes se merecen esto ni tampoco nuestros antepasados.

No nos creamos que somos inferiores cuando somos claramente los superiores, o mejor dicho IMPRESCINDIBLES. SIN NUESTRA AFICIÓN NO HAY CLUB (por eso ninguna población pequeña puede aspirar a tener un equipo en la élite). SOMOS NOSOTROS EL CLUB. Sin nosotros no tienen ni una posibilidad entre cien de subsistir. NO TENGAMOS MIEDO, PORQUE ESA ES LA REALIDAD, ESO ES LO QUE ES Y SOMOS LO QUE SOMOS. Esa es la diferencia entre una S.A.D. como nuestro Valencia CF y las S.A. o S.L.

Para terminar, esto SÍ OS LO PIDO Y OS LO SUPLICO: reflexionad sobre este escrito y, sobre todo, los últimos párrafos con objetividad, con sentimiento y sobre todo SIN TEMOR.

Un abrazo a todos y ¡¡¡¡¡AMUNT VALENCIA!!!!!!

Eduardo Alfonso socio núm. 959 y accionista del VCF.

divendres, 27 de gener de 2023

LA DÉCADA OMINOSA: METAFÍSICA, CONTEXTO Y REBELIÓN


En 2023 se va a cumplir un decenio desde que Peter Lim apareciera en nuestras vidas y cambiara radicalmente nuestra experiencia valencianista. Tiempo superior al que dispusieron, por ejemplo, los insignes Ramos Costa y Jaime Ortí. Tiempo más que suficiente para sacar ya conclusiones inequívocas y dejar de jugar a las patéticas y acomplejadas elucubraciones acerca de qué pensará el infame (con la asistencia de su socio Jorge Mendes) sobre el Valencia desde su torre de marfil.

Y, en el marco de la ignominiosa opacidad que caracteriza a este periodo, una gran certeza: Peter Lim es el primer mandatario al que el valencianismo le pide, por activa y por pasiva, que se marche y no facilita el traspaso de poderes. Por lo tanto, teniendo claro que no es el aprecio por los valencianistas -basta con leer sus declaraciones- lo que le anima a seguir “rigiendo” el club, el único objetivo de su empecinamiento resulta obvio: el afán de lucro a costa de la entidad.

Largo y tendido se ha hablado, desde un penoso y genuflexo ejercicio colonial de empatía con los sátrapas, sobre la compatibilidad entre esta finalidad (al sumidero, por consiguiente, la divisa del “servir y no servirse”…) y la existencia del VCF como un club de fútbol al uso.

Huelga decir que, a estas alturas, ese precario equilibrio se ha revelado como inviable. Al menos si consideramos que el VCF debe ser algo más que un escaparate para que los agentes de futbolistas mercadeen y unos especuladores foráneos se lo lleven calentito mientras esquilman hasta el tuétano un club histórico.

Por eso, ha llegado el momento de volver a recapitular. En especial, para que la responsabilidad de esta humillación sistemática recaiga sobre las cabezas de los que, compra de voluntades mediante (en metálico o en especies), han facilitado que quienes se habían hecho acreedores del CORDÓN SANITARIO disfruten de otra oportunidad más (y van…).

Como, brillantemente, sintetizó Vicent Molins: “El valencianismo se enfrenta rutinariamente con la necesidad de disimular que las cosas que le suceden al equipo sobre el campo, importan”. Y, en el marco de este Pantomima Full endémico en el que Peter Lim ha convertido la entidad, reside la metafísica de esta desnaturalización. Por primera vez en su historia, el VCF tiene unos dirigentes para los que la buena marcha del club no solo no es una prioridad, sino que incluso puede resultar contraproducente para el antimodelo deportivo que han perpetrado.

Somos numerosos los valencianistas con una trayectoria jalonada de lustros de abonos y docenas de desplazamientos que ya hace tiempo que apostatamos de conceder importancia a los resultados. Sentimos pecar de un exceso de lucidez, pero hemos desconectado de esa retórica porque nos percatamos de que es la coartada mediante la que Meriton pretende mantenernos en la alienación más absoluta.

Como en todo mecanismo especulativo, su estafa consiste en proyectar una constante promesa: el próximo partido, el siguiente fichaje, otro renderizado del Nou Mestalla… Spoiler: al VCF ya no lo va a salvar ningún gol en el descuento. Su condena es de otra naturaleza.

¿Cómo no vamos a relativizar lo que pasa en el terreno de juego (poco pan y pésimo circo, por otra parte) cuando es la propia dirigencia del club la que nos ha demostrado, una y otra vez, que la competitividad no es parte de su “proyecto”? Han preferido cuatro temporadas sin Europa a una estructura deportiva homologable. No hay más preguntas señorías…

Sí, estáis en lo cierto. No hemos superado las destituciones de Alemany y Marcelino (que ese era el orden inicial del oprobio, no lo olvidéis…). Y es que, además, por sentido común, no queremos superarlas. No vamos a olvidar por qué lo hicieron y cómo lo hicieron. Es el carbono 14 de la malignidad intrínseca de la trama de Mendes y Lim. Porque la incompetencia es disculpable, pero lo que se hace con malas intenciones (propio de sujetos con un sesgo sociópata significativo) no tiene perdón*.

Y esa es la esencia de la trama Meriton, que permanece más vigente que nunca y en un estadio de degeneración cada vez más terminal (lo de tirar de cedidos por sistema y no como parches, de hecho, es una martingala de estos iluminados que ha venido para quedarse).

Comprenderéis que algunos no transijamos con que nos tomen flagrantemente el pelo a costa de nuestra pasión. Por eso, ningún partido de fútbol nos va a despistar del único objetivo relevante, precisamente, para volver a disfrutar de los encuentros del VCF: la desaparición de Meriton de Mestalla y, con ella, la de la traición que su nociva idiosincrasia representa para el cumplimiento de la voluntad de querer llegar que hizo grande a esta institución.

Sin embargo, el actual estado de degradación contrasta, hasta que el elefante en la habitación ya mute en brontosaurio y derribe sus tabiques a trompazos, con el distópico clima de ilusionismo que, a modo de contraprestación, determinados medios han inducido en el estado de ánimo del valencianismo. Un valencianismo a cuya alienación contribuyen, por ejemplo, concediendo estatus de normalidad a procederes ultraopacos que ningún ciudadano de una democracia occidental asumiría en entornos público-privados convencionales. A saber:

- Una presidenta que no se sabe expresar en las lenguas cooficiales y cuya dedicación a un menester que mueve decenas de millones de euros al año es parcialísima y, en ocasiones, ni siquiera ha justificado su residencia permanente en la ciudad. Además, sin conocimiento alguno sobre la parcela que “gestiona”.

- Una estructura de “comunicación” indigna de ser calificada como tal, pues únicamente emite mensajes unidireccionales y apenas se presta a un mínimo ejercicio de escrutinio público. Decisiones de la más alta enjundia para la afición y el accionariado se ventilan sin una transparencia que debería suponer un requisito de respeto.

- Un poder de decisión deslocalizado y despótico que se revela como un absoluto lastre para el futuro de la entidad, aunque, por supuesto, no para los intereses de Peter Lim y Jorge Mendes (comisiones, enchufismo con amiguetes, utilización espuria de la imagen y los recursos del club…). Tan difuso, por otro lado, que nadie ha visto la sede de la fantasmagórica empresa pantalla cuyo infame nombre todos repetimos como un mantra.

Pero la relativización de estos desmanes, siendo altamente cuestionable, resulta menos escandalosa que la propagación de los siguientes relatos falsarios:

- La leyenda del hijo del pescador (¡gracias por tamaña compasión de filántropo desde el Financial Times!).

- La profesionalización del organigrama y la internacionalización que modernizarán un club anquilosado (hasta que, en un alarde de periodismo de investigación, se constató que eran unos chandaleros crujiéndose en La Deportiva).

- El amable y simpático diplomático Anil Murthy (curiosamente, así se nos vendió, de inicio, en contraposición a Layhoon Chan).

- La amable y simpática gran gestora Layhoon Chan (ahora en contraste con Anil Murthy y pese a que nunca superó la 12ª posición en la tabla).

- Gattuso: el Simeone che (como ya han pasado los Reyes Magos, os voy a contar un secreto: el entrenador, tras Marcelino, es siempre cooperador necesario del pérfido bucle del ilusionismo que maquina Meriton cada campaña).

La responsabilidad de la opinión publicada a la hora de inocular en la agenda estas narrativas, hasta que la realidad, periódicamente, las arrumba, está en el meollo de la complejidad extra que, para el valencianismo crítico y combativo, implica enfrentarse en una guerra de desgaste de posiciones a largo plazo y, ya de por sí, desigual contra quienes están destrozando la entidad hasta dejarla exánime.

Se trata de una responsabilidad, como en el amañado, torticero y viciado proceso de venta, compartida. Pero esa naturaleza colectiva en ningún caso es inocente. Si Mestalla asiste al deterioro del club abúlico, apático e incluso, en ocasiones, esquizofrénico (haciendo la ola con un cúmulo deslavazado de cedidos sobre el verde), se debe, en gran parte, al efecto sedante de una exposición mediática que, aunque también ha contado con notables ejemplos de anteposición de la dignidad de la institución (eterno agradecimiento), ha preferido, en líneas generales, priorizar SU show business.

Hablando en plata: habéis vuelto a infantilizar a la afición con cuentos chinos (desde #ElValencianismoQuiereARandom al Tiro al canterano rata, pasando por El árbitro me tiene manía). Habéis perdido una nueva oportunidad, quizá ya la última, de tratar a los valencianistas como adultos, contarles la verdad (en lugar de ocultar la basura que hay en el club) y poneros del lado de quienes sufrimos por el secuestro de la institución. Habéis vuelto, en definitiva, a abonar el terreno para el beneficio de los tahúres, charlatanes y equidistantes para los que el VCF es mera carroña que parasitar. Y, de paso, habéis ninguneado y despreciado a los valencianistas de base que se están dejando el alma para revertir el latrocinio. En resumidas cuentas: entre VCF y Meriton, habéis elegido Meriton.

Este estado de las cosas contribuye a perpetuar una entidad ya no solo desustanciada (hasta la memoria es objeto de banalización por parte de los oportunistas suplantadores de una identidad en la que nunca creyeron), sino también inmersa en un proceso paralelo de promoción por meritocracia inversa. Molt sensillo: como la gente más competente no se va a dejar manipular por los sátrapas, se produce una incesante cooptación de mediocridad y carencia de escrúpulos que sume al VCF en un empequeñecimiento que tiende a infinito. Los mejores directivos, entrenadores, futbolistas, exfutbolistas, empleados, periodistas, intelectuales, hinchas… no quieren saber nada de esa máquina que tritura tanto la carne humana como el material del que se hacen los sueños y todos llaman Meriton. Pero recordemos que disponen del presupuesto del VCF para, aprovechando las muy personales debilidades, comprar escudos humanos, propagandistas, palanganeros y chivatos.

¿Qué podemos esperar ante este panorama de devastación deportiva y moral? No se trata de recetas mágicas, sino de que cada cual haga todo lo que esté en su mano para que a Meriton se le vuelva incómoda su presencia por estos lares (es decir, justo lo contrario que irte de aperitivo con ellos e intercambiar prebendas).

- Por una parte, cabe esperar que, cuando la tozuda realidad vuelva a atropellar, una campaña más, a los providenciales exégetas de Lim, se produzca una primavera, también mediática, como la que vivimos en 2022 y, por un momento, nos hizo soñar con ese CORDÓN SANITARIO que nos habría dignificado como afición y sociedad civil y puesto en la senda del empoderamiento y de la solución.

- Por otra parte, conviene apelar al buen juicio del valencianista para que se movilice junto a las asociaciones, los colectivos y las personas que, verdaderamente, han antepuesto la dignidad del VCF sobre intereses particulares. No hace falta decir cuáles son, ya que los hechos siempre hablan con más rotundidad que las palabras. Los que SIEMPRE Y COHERENTEMENTE están en primera línea de esta causa.

Frente a los que van a utilizar el atenazador mecanismo psicológico del miedo, opongamos la determinación de quienes ya no tenemos nada que perder. Desengañémonos: el Valencia, con Meriton, ya está muerto. Lleva nuestro escudo y nuestra camiseta, pero, en manos de Lim o sucedáneos principescos, son meras carcasas vacías mediante las que, taimadamente, nos chantajean para que unos especuladores sigan haciendo negocio.

Y distingamos: nosotros somos y hacemos el Valencia. Lim y Meriton, simplemente, son los que tienen la llave de la caja, que es lo único que les interesa de nosotros. No lo olvidemos nunca. Salte del rebaño y ¡a por ellos!


Simón Alegre (socio 4453)


*Por favor, que no nos digan ahora que se trató de decisiones para rebajar la deuda, puesto que los estados contables y los sueldazos que cobran los sátrapas, desconociendo lo que se funden con las tarjetas, por parasitar el club hablan por sí mismos.