divendres, 27 de març del 2009

El gol de Forment (28-03-1971)

·Hui volem agrair tots els nostres lectors i col·laboradors haver fet possible arribar a este post #100 d'¨Últimes vesprades a Mestalla".
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Yo no estuve aquella tarde en Mestalla pero como tantos otros soy hijo de aquel delirio del 28 de marzo de 1971. Lo supe definitivamente 31 años después, cuando el Pipo Baraja remontó con 2 golazos el partido clave contra el Espanyol de abril de 2002 y un estallido de locura colectiva inundó el viejo campo. Como todos los que estuvimos en Mestalla aquel sábado por la noche me vi preso de la congoja; envuelto en lágrimas y babas ajenas, con la certeza casi palpable de que por fin veríamos ganar una liga a nuestro equipo, la liga que llevábamos esperando más de 30 años y cuyo impacto emocional se me antoja como el más contundente de cuantos como hincha he vivido y creo que viviré: nada en la vida se espera y se desea durante tantos años. Pero más allá de odiosas e innecesarias comparaciones, creo que el de Forment contra el Celta de 1971 es el gol más celebrado de la historia de Mestalla. Más incluso que el de Tendillo al Madrid de 1983, el de Roberto a Buyo en 1992 o el ya comentado de Baraja al Español en abril de 2002. A favor del tanto de Forment juega el crono, la tensión de 90 minutos agónicos, la falta de costumbre. El gol de Forment reformuló un anhelo colectivo, el del gol milagroso que cambia la historia y sacia años y años de sequía.

Asumido el hechizo, volvamos a ese domingo de primavera de 1971. Llevaba el VCF 24 temporadas sin ser campeón de liga y faltaban 4 jornadas para el final. Un empate en casa era perder demasiado. El partido había sido áspero, duro, a cara de perro. Entonces llegó el corner en la portería del gol Xicotet, la de la épica. Minuto 92. 1-1. "Para la cinta" en ese momento. El rumor ansioso de Mestalla, los corazones desbocados, el sí o sí recorriendo las 4 esquinas del campo. Sergio se acerca al banderín del córner más cercano al marcador del gol norte, jaleado por la hinchada, sin apenas espacio entre el césped y la grada. "Ara sí", se dice a si mismo mientras ejecuta el saque. Esos segundos del balón en el aire lo explican todo. En esos segundos se esconde la verdad del fútbol. Todo pasa tan rápido que las cábalas, los dedos cruzados, las invocaciones a la virgen de los creyentes, la mano del padre siempre cálida o el susurro de "ara sí" contenido en miles de gargantas se quedan en el limbo de las cosas que hacemos sin saber que las hacemos. Las que nos definen. "Ara sí" vuelves a pensar. Lo piensan todos. Los presentes, los ausentes, los que casi 40 años después intentaran recrear el instante justo en que Forment se adelanta al portero vigués para, in extremis, peinar la pelota al fondo de la red ante el frenesí desatado de un Mestalla en estado de máxima excitación. GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL. El rugido es tan potente que se oye al otro lado del río.

Por momentos el tiempo queda suspendido, en un globo de felicidad expansiva y extática. Un paroxismo emocional sin medida. Mucho más que un orgasmo. 2-1. Los abrazos con desconocidos, los desmayos, la rabia contenida durante tantos y tantos años son sólo una pequeña muestra del sufrimiento acumulado. 24 años de expectativas no siempre satisfechas reducidas al clamor de un instante único. La parroquia lanza almohadillas al terreno de juego, en pie, fuera de sí; algunos incluso, como me contará años después mi padre, se lanzan al campo en un estado de enajenación absoluta. Hay que saber lo que está en juego. Y sólo ellos lo saben realmente. Los presentes, los ausentes, los que ahora intentamos recrear ese día a partir de unas cuantas fotos y un puñado de testimonios. Ese gol. Un hito fundacional de tertulias familiares, el icono de una tarde imborrable en el marco de un año mágico. 1971. Un estallido de alegría inexplicable, nuevo, histórico. Ese gol convertido en hilo conductor de un programa de televisión 20 años después, con Forment explicando la jugada para absoluta conmoción de quien firma este escrito, apenas unos meses después de enterrar a la persona que me hizo partícipe de ese sentimiento irrenunciable, mi padre. Lo que hay detrás de ese gol es la primera liga del Gran Mestalla; la primera vez que más de 60.000 valencianistas se funden en un solo grito y ven más cerca la epopeya del título. Lejos queda la liga del 47' y aquel Mestalla de gradas de madera y caminos embarrados de la postguerra. Estamos en el presente, en la España predemocrática de 1971 y vamos a volver a ganar una liga. Sólo quedan 3 jornadas. Y este gol de Forment es algo más que una señal. Es la culminación de un sueño largamente acariciado.

Casi 40 años después, la perspectiva del tiempo transcurrido y las ligas de la factoría Benítez no pueden hacernos cambiar de criterio. La de 1971 es posiblemente la más meritoria del palmarés. Por la fisonomía del equipo, por lo inesperado, por la dificultad añadida de la coyuntura sociopolítica, por la tensión máxima con que se desarrollan las últimas jornadas del campeonato. Diría, incluso, que por la literatura generada durante los siguientes 30 años de travesía en el desierto.

Sólo una semana después es Antón quien marca en Sabadell el gol de la victoria, también de manera agónica, a falta de cinco minutos. La penúltima jornada es de trámite, con un Mestalla entregado y un ambiente festivo, con globos y pólvora a raudales. La victoria es cómoda y abultada, 3-0 al Elche. Finalmente, y para añadir más zozobra y tensión, la no menos angustiosa tarde de Sarrià. 18-04-1971. No hace falta insistir. 20.000 valencianistas en Barcelona, toda una afición movilizada. Perdemos 1-0 pero somos Campeones de Liga por cuarta vez. El recibimiento es apoteósico desde el momento en que se cruza el rio de la Sénia hasta la llegada al Cap i Casal. La emoción se desborda. Hemos vuelto. No importa que vayamos a tardar 31 años en volver: siempre lo hacemos. En el camino, una certeza: el gol de Forment inventó un género. El "forner d'Almenara" puso la cabeza, Mestalla el corazón. Posiblemente, el gol más celebrado de nuestra historia. Llamen al marmolista e inmortalicen el testarazo. Para que nadie olvide jamás el material con el que se construyen las gestas, los mitos, la memoria, el compromiso, la lealtad.

Rafa Lahuerta Yúfera
Socio del Valencia CF
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17 comentaris:

Anònim ha dit...

Enhorabona Rafa, ningú com tu es mereixia ser el número 100.

tempo è dolore

[Podíem fer una recreació del gol d'Antón en la Nova Creu Alta]

Anònim ha dit...

Grandioso relato, rafa!!!. hablando de la liga del 71, aun recuerdo cuando en C9 hicieron un especial de los 25 años de esa liga. poniendo grabaciones en los vestuarios de Sarria, y como se me ponia la carne de gallina al escuchar como Jaime Hernández Perpiñá entrevistaba a Pep Claramunt y los jugadores cantaban el himno regional

un saludo
Joan

Anònim ha dit...

Recomiendo ampliar las fotos de la grada. Son la hostia.

Yo el programa que recuerdo se titulaba "Ara que fà 20 anys", de abril del 91. Maravilloso.

BT

Anònim ha dit...

BT el q yo comento es ara q fa 25 anys,en 1996, aparte ese año es en el q nos jugamos la liga contra el atletico

kawligas ha dit...

Mi memoria me hurta los recuerdos de la liga de 1971, a pesar de que yo tenía 8 años. Por eso lo que cuenta Rafa en el primer párrafo me conmueve, pues yo lo viví exactamente igual. Estoy seguro que tras el gol de Forment Mestalla vibró en resonancia con la excitación producida por los goles de Baraja. Aún así, también creo que la liga de 1971 supera en casi todos los aspectos a la primera de Benítez y fue un mojón básico para hacernos CREER en que, temporada a temporada, seguíamos aspirando a ganar la Liga. Y eso nos tiene que servir para los tiempos venideros. Fe y lealtad.

Anònim ha dit...

El programa es de 1991. Se repetió en 1996. Los dos tenéis razón.

Anònim ha dit...

En ese "Ara que fá vint anys" que aun conservo en video, vayanse ustedes a saber, se me quedó grabada la imagen de la celebracion de ese gol de un señor que salta al cesped desde el fondo norte, trajeado dando saltos con las manos en los bolsillos.

De aquella liga tambien se editó un single en vinilo acompañado de un libro que juro por Dios que estaba en mi casa cuando yo era pequeño y que misteriosamente le perdimos la pista en alguna mudanza o algo.

Emocionante relato, Rafa. Este blog es un placer.

Un saludo
Jose Miguel Lavarías

Anònim ha dit...

Sensacional Rafa.

Gols com el de Forment o el de Baraja es celebren amb més fúria que els gols que et fan finalment campió (parlant sempre de la Lliga). Una cosa és la confirmació de ser campió amb tot a favor. En canvi, el gol que et coloca en la avantsala de guanyar un títol és... la hòstia.

V. Chilet

Anònim ha dit...

la liga de los ausentes.

Anònim ha dit...

Forment destacaba en las categorías inferiores del Valencia y los aficionados dábamos por hecho que llegaría a ser un gran jugador. Lo pocos años que jugó en el Valencia, demostró su calidad, fortaleza, técnica con el balón, remate de cabeza. La gravedad de la lesión rompió una trayectoria que aventuraba muchos años fijo en la medular del equipo.

El año 1971 fue un gran año. Recuerdo el domingo que ganamos la "Liga de la carámbola" (nuestros rivales no dejaron de infravalorar y usaron apelativos de todo tipo, aunque hubo excepciones). Estuve con mi padre en casa pegados a la radio escuchándo el partido de la última jornada en Sarriá. Una voz celestial salió de entre las ondas: "¡Empate en el Manzanares, el Valencia campeón de Liga!" Ni míster Alfred Hitchcock podría haber desencadenado tanto suspense. De la decepción del 1-0 a la alegría infinita de aquella Liga.

Rafa, inmejorable ocasión, este nº 100, para evocar aquel año.

Alfredo Cardona

Paco Gisbert ha dit...

Gran, Torino

José María Albert de Paco ha dit...

Mi enhorabuena, Rafa (y compañía).
(Los que ahora intentamos recrear ese día. ¡Cómo intentamos! A fe que lo recreas, amigo. Sigo dándole vueltas a este hermoso bucle: "Diría, incluso, que por la literatura generada durante los siguientes 30 años de travesía en el desierto".)

Un gran abrazo,
Pepe

Anònim ha dit...

Tuve la suerte de estar allí y nunca lo olvidaré.Una tarde memorable, un momento único, un milagro cuando todo parecía decidido. Aquel equipo tenía magia.
Grande Rafa, nacer en el 71 también es un signo de distinción.

Paco Lloret.

Anònim ha dit...

No hace falta un marmolista. Ya está inmortalizado.

Anònim ha dit...

Javier Cerdán.

Anònim ha dit...

¿Alguien puede decirme cómo puedo conseguir el reportage "Ara que fá vint anys" de la liga de 1971 que hizo Canal 9?
¿Está en youtube?
Muchas gracias
Jordi

Anònim ha dit...

AMUUUUNT !!!