dissabte, 6 d’agost del 2022

L'HOME TRANQUIL


A ROBERTO GIL ESTEVE, 1938-2022 In Memoriam

Entre los fastos del centenario del Valencia CF de la temporada 18/19 quien esto escribe tuvo la ocasión de conocer y charlar con diversos personajes de la historia del club a quien uno ama desde niño.

Fue la ocasión perfecta, el club se abrió a nosotros y la sensación de estar viviendo algo histórico fue la excusa para acercarse a mitos como Kempes, Arias, Tendillo, Sol, Guillot, Claramunt, Paquito o al mago del centenario Fernando Giner. También fuera del ámbito del terreno de juego conocí a ilustres glosadores de nuestra historia como Paco Lloret, Luis Furio, Alfonso Gil, Rafa Lahuerta, Jose Ricardo March o a la inigualable Merchina Peris.

Pero esto va de Roberto.

Era el año 2003 cuando me instalé a vivir en Ribarroja del Turia desde Torrent por amor.

Al poco tiempo un día paseando con mi mujer por lo que iba a ser la futura ciudad deportiva del Valencia CF nos cruzamos con un señor que nos espetó un “hola” tras cruzarnos entre caminos de campos de naranjos, recuerdo la sorpresa que me llevé y emociónado le pregunte a mi mujer que si sabía quién era, ella que es abstracta en lo deportivo me dijo “un vecino del pueblo“.

Así fue como vi y me enteré por vez primera de que Roberto Gil, uno se los grandes capitanes de nuestro club, vivía no solo en el mismo pueblo que yo sino apenas dos calles más abajo de nosotros. En esos momentos (años) estaba pasando por una de las varias desconexiones que he tenido del mundo del fútbol por circunstancias y en esa época era de las más duras y agudas.

Pero la publicación allá por el 2014 de “La Balada del Bar Torino” de Rafa Lahuerta y su apasionante lectura encendió de nuevo la llama de mi pasión dormida. De las muchas cosas que he aprendido de Rafa es el significado de la palabra ”cultura de club”, que debería ser un eufemismo de la palabra AMOR, ramificada en cosas tan variopintas como libros, celebraciones, onomásticas y detalles que se escapan a la mayoría de los valencianistas más pendientes de los fichajes o de vivir la vida, que por otra parte para eso está.

Roberto Gil estuvo muy activo en todas las actos del centenario del club: Forum Algiros, Tertulia Torino, Paraninfo, la marcha cívica, el partido de leyendas... radio, prensa etc., y nunca quise interrumpirle en esos momentos. No lo veía oportuno, pero caducada mi vergüenza y animado por la grandeza y lo histórico de esos tiempos me puse como objetivo conocerlo.

Fue mi mujer la que me animo a dar el paso de intentar visitarlo en su casa. Yo lo veía todos los días al recoger a mis hijos del colegio andando con su muleta haciendo rehabilitación callejera tras romperse la cadera en mayo de 2019 al ir a recoger las entradas para la final de Copa contra el FC Barcelona.

A principios del año 2020 ya sabiendo que estaba un poco mejor lo vi de nuevo y me paré un momento a saludarlo y a proponerle una visita a su casa. Muy amable me aconsejó unas horas de la tarde en las que sin problema, me podría atender.

La tarde del día 6 de febrero fue la elegida y allí me planté delante de su puerta con mi hijo Dario, mis camisetas, fotos y demás. Entramos.

Hacia dos dias que el Granada había eliminado de la Copa al Valencia CF y Roberto decía “no hi ha dret, apenes he pogut dormir esta nit…“

Hablar de fútbol con él fue fácil, tenia una gran memoria del club de Mestalla. Entre fotos de alineaciónes históricas de la entidad le pregunté que quién era según su opinión el mejor jugador que él había visto jugar en el club; “…la leyenda y el sentimiento mítico nos dice que Antonio Puchades fue magnifico pero como Pep Claramunt no hubo nadie, fue un crack, el jugador total”. Prosiguió, “..recuerdo cuando llegaron al equipo él y Juanito Sol…nos dieron una inyección brutal de energía y calidad que los mismos rivales me decían, como capitán que yo era , ¿de donde habéis sacado a estos dos? y es que iban como motos, enseguida me di cuenta que probablemente marcarían una época en el club como así fue “. Una lástima que en esos años y por circunstancias esa plantilla “solo” pueda presumir de una Copa (1967) y la mítica liga de Sarria ( 1971), había plantilla para haber picado algo más en ese intervalo, le dije, me dio la razón. Aunque en su palmarés consta así, no consideraba la liga del 71 como propia, cosas de los jugadores y sus códigos. Sin embargo el orgullo de ser capitán tantos años y de haber levantado la Copa se notaba en la grandiosa foto que abarcaba una buena parte de la pared de su hall, en la que banderín en mano, se dispone a ir en busca de su destino la tarde del 2 de julio de 1967 contra el Athletic Club de Bilbao.

De lo que más sé enorgullecía era de haber sido el capitán del Valencia CF y presumía de haber disfrutado de la inauguración como tal de tres estadios, el mítico Estadio Azteca de México y el Manzanares (Vicente Calderón) en 1966, amén del Ciutat de Valencia del Levante UD en 1969.

Fue inevitable en la conversación la crisis institucional del club, a la cual me señaló una foto de Vicente Peris como ejemplo de lo que fue y será siempre la cultura de club y el amor a unos colores ; “ llastima d’home, amb ell les coses eren mes facils“. Merchina, la hija de Peris aparecia con el y con el periodista Paco Lloret en otra foto que Roberto apreciaba “ella es una mujer maravillosa, un referente del valencianismo puro y sincero” ¿de Paco Lloret que decir? “..un gran tipo honesto, amigo y una enciclopedia del Valencia CF...”

Me encantaba el detalle cuando en actos o entrevistas le preguntaban y él contestaba en valenciano, sin caer en el amable detalle de si sus interlocutores u oyentes le entendian, yo me reía por dentro porque era un acto amable e inocente pero lleno de orgullo de un valenciano y de un idioma.

Su mano derecha un poco temblorosa tuvo la amabilidad de inmortalizar su firma en varias camisetas, fotos e incluso en un lienzo que le llevé. Estaba cansado, pero se que en el fondo le enorgullecía el reconocimiento y el respeto. El era un referente, casi el decano de los ex-futbolistas tras Daniel Mañó. Se lo comenté pero le restó importancia, “fui y lo dí todo por el Valencia CF“, eso es lo que él valoraba de verdad.

Pero, ¿y el futuro? “Eso que tanto nos preocupa pasa por la salida de la entidad de los gestores de Singapur“, Roberto, con la educación correcta pero firme me dijo “esta gent ni pot, ni sap ni mereix estar açi“. No me di cuenta pero estaba viviendo un momento histórico e inolvidable con una persona increíble que me ofreció su casa de nuevo “quan vullgues xiquet açi estic“ así que bien hallado y sin abusar más nos despedimos deseándole suerte y salud. No fue así, apenas dos dias después y en su propia casa volvía lamentablemente a tropezar y de nuevo su cadera salió mal parada. Empezar de cero de nuevo, como cualquier lesión de su época gloriosa de jugador. Apenas un mes después la pandemia, la tristeza, el encierro…y meses después las desapariciónes de Españeta, Sol o Abelardo fueron golpes anímicos que seguro que minaron su salud y su moral.

Hace alrededor de un año se le dedicó un Forum Algiros y una exposición en Ribarroja del Turia sin contar con el cariño de la afición y el amor que le hubiésemos podido demostrar, el mismo o mas que el de ahora que se ha marchado para siempre.

No podrá vivir el centenario de Mestalla por unos meses. Su casa, nuestra casa.

El club que amo y respeto se cuartea, se me va cayendo a pedazos y cada día hay menos baldosas en la fachada de mi corazón.

A él, a su familia, y a toda la gente que ama al Valencia CF va dedicado este texto. Fins sempre Roberto i gracies per tot. 🦇





Tirant Lo blanc i negre.
@Espiritu_del_79