diumenge, 10 de febrer del 2013

Un gordo anda suelto

·
·
A medida que se acerca el final de Mestalla mis recuerdos se vuelven más absurdos y menos épicos. Igual es la ensaladilla del verano o este tiempo ocioso anclado en las ruinas del viejo solar donde se fundó el CD Cuenca, histórico vivero del Mestalla. Recuerdo por ejemplo el verano del 90, con el regreso de Roberto y el siete trágico que nos hizo el Madrid en el Naranja. La temporada empezó mal y ya en la tercera jornada un apagón contra el Castellón resucitó el carácter excéntrico de Mestalla. Nadie animaba pero fue hacerse el apagón y desde el viejo Yomus comenzaron a encenderse bengalas y a entonarse cánticos a cada cual más extraño y fuera de contexto. Con el regreso de la luz Enric Cuixart marcó el gol de la victoria y la mediocridad quedó aplazada una jornada más. El gran Enric Cuxart.

Todavía en septiembre nos visitó el Mallorca, en otra jornada nocturna y calurosa. El partido era malo, anticipo claro de la última temporada de Espárrago en Valencia. Mediada la segunda parte se organizó un tumulto en la Numerada, hacia el sector 20 ó 21. Entonces todavía eran habituales las trifulcas y los enfrentamientos entre vecinos de localidad. En aquella ocasión la voz cantante de la refriega la llevaba un gordo de tripa indecente que pronto se ganó las antipatías del resto de la grada. El gordinflis amedrentaba a un hombrecillo de mediana edad ante el estupor generalizado. Por momentos el interés del partido se desplazó hacia la Numerada. Desde el viejo Yomus alguien soltó la voz de alarma y como siempre que la anécdota toma cuerpo el cántico se hizo tumultuoso y coral. A ritmo de Guantanamera la tropa comenzó a bramar "es un baboso el gordo es un baboso". El cántico se hizo fuerte como una ola y ni siquiera el gol de Fenoll consiguió esa noche tantos adeptos.

La generalización del cántico sorprendió al Gordo bíblico en un reparto nada equitativo de insultos y empujones. Todo Mestalla se puso en su contra. El Gordo se vio superado ante tanta presión. Como si de un tarado televisivo se tratara no aguantó el tipo con las tablas necesarias y empezó su guerra conta todos. Llevándose las manos a su gorda huevera de gordo seboso y desquiciado se giró hacia el fondo norte y continuó su show con aspavientos escatológicos y desafiantes. No hizo sino aumentar el griterío y sus altavoces. Es un baboso, el gordo es un baboso. Esa misma noche se puso a dieta.
 

Rafa Lahuerta Yúfera
Socio del Valencia CF 
·