dilluns, 28 de setembre del 2009

Un argentino en Mestalla

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Según cuentan los cuentos, el fútbol lo inventaron los ingleses. Es probable que si hablaran los genes ancestrales de este juego, codificarían sus mensajes con acento argentino. Dicen que las madres argentinas dudan de si llevan en sus entrañas un feto o una pelota. Sea como fuere de tanto patear sus tripas, los pibes tras nacer, pasan del biberón a las gambetas.

Cuando mi padre volvía de Mestalla y relataba con suspense la crónica del partido, mi mundo era su voz. Los nombres de Walter, Chicao, Héctor Núñez formaban parte de figuras sin rostro que se hacían realidad con la foto del álbum de cromos. Llegó el día en que mis héroes de papel se transformaron en un paraíso de hierba: Waldo, Guillot, Mestre, Roberto…una experiencia de imágenes que creó un vínculo de por vida. Y llegó mi primer argentino. Se llamaba Sánchez Lage, interior ofensivo con buena técnica al que Pasieguito había fichado pese a tener más de 30 años. En las tres temporadas que estuvo en el equipo, aquel veterano que mostraba sus prominentes entradas de calvicie deleitó con su maestría y me enseñó el camino de los argentinos. Recuerdo la exquisita calidad del defensa Jesús Martinez oriundo de Lugo, las cabalgadas por la izquierda de Valdez, los malabarismos de Miguel Angel Adorno “El Ruso”, el goleador Mario Alberto Kempes, Darío Felman y un entrenador, Di Stéfano. Un ramillete de excelentes jugadores que aportaron calidad y leyenda. Una confluencia “che” que hizo cruzar el charco, tras una pelota de oro.

No fue la década de los 80 propicia para la llegada de jugadores argentinos: Urruti, Ciraolo y unos años difíciles en una encrucijada en la que se echó en falta aires de tango en la plantilla. En 1993 fichamos a Pizzi. Unos años después, con Roig en la presidencia, llegaron Moriggi, Campagnuolo, Ariel Ortega, Cáceres, Claudio López. Pero fue con el cambio de siglo cuando el Valencia de la mano de Héctor Cúper llegó a acariciar el colofón de su historia: dos finales de Champion. Con él en el banquillo también llegó Faggiani… Nombres como El Piojo, Kily, Pellegrino, Aimar, Ayala quedarán en la memoria como artífices de días memorables, con un carácter ganador impreso en su camiseta albiceleste que supieron transmitir y dejar el gozo sembrado de nuestras últimas grandes tardes de Mestalla.

¡Pibe!, no hubiera sido lo mismo sin vos.


Alfredo Cardona
Socio del Valencia CF
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dijous, 24 de setembre del 2009

Xafant Mestalla. Club Atlético de Madrid: José Eulogio Gárate

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Así es La Vida

Qué Tiempos. Qué recuerdos. Cuánta Nostalgia… Es la vida. ¿Cuántos equipos han pasado por este trance? Las Corts, El Metropolitano, Atocha, Nervión, Villamarín… y así sucesivamente.

Ahora le toca a Mestalla, tiene que cerrar las persianas y trasladarse al extrarradio. Valencia crece, se desarrolla y los campos de futbol instalados en el centro de la ciudad se convierten en moneda de cambio para que los Clubs puedan seguir subsistiendo en este mundo loco del fútbol.

Sin duda el Valencia Club de Fútbol y Mestalla están muy unidos a mi vida deportiva que transcurrió, durante 11 años, en el Atlético de Madrid. Muchos han sido los partidos jugados en Mestalla y recuerdo aquellas temporadas 66-67-68 ,cuando yo empezaba en el Atleti y tenía que enfrentarme a aquellos jugadores que admiraba, Pesudo, Mestre, Roberto, Paquito, Waldo, F. Ansola, Guillot… y más tarde Juan Cruz Sol, Pepe Claramunt, verdadera Leyenda del Futbol Español, Valdez, Quino, Kempes… Era una delicia pisar el Campo de Mestalla, con esas gradas abarrotadas por una afición que siempre animaba a su equipo y donde tantos quebraderos de cabeza le dimos al Valencia CF.

Nunca olvidaré mi último partido con la Selección Nacional. Jugamos en Mestalla contra Escocia, creo que fue en el año 75, empatamos a uno, fue un partido muy discreto pero el ambiente y la afición fueron de 10. Mestalla, a rebosar: una Olla.


José Eulogio Gárate
Futbolista del Club Atlético de Madrid, internacional por la selección española


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dimarts, 22 de setembre del 2009

El último gran símbolo

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El fútbol de antaño y el de ahora, siendo el mismo deporte tienen tendencias totalmente contrapuestas, dejando de un lado la mística romántica y fiel en favor de un grupo de personajes adinerados, nuevos ricos que miran por encima del hombro y desprecian a la gran masa social que los idolatra.

Haciendo un repaso del Valencia CF, dentro del mismo club, solamente permanece una llama que recuerda al valencia CF de antaño, aquellos jugadores unidos en venturas y desventuras, grupos forjados a base de horas de carretera, en interminables viajes de autocar por las desvencijadas carreteras de la geografía nacional.

De todo esto hay una persona que nos lo puede relatar bien, alguien que sacrificó cualquier alternativa laboral mejor remunerada económicamente, para poder desempeñar un puesto hecho a su medida, y es que decir Utillero del Valencia CF es hablar del peculiar Bernardo, del utillero más famoso del fútbol nacional: ESPAÑETA.

Simpático y agradable, con muchos años de servicio en el club se ha convertido en todo un icono de la sociedad valencianista. Tan mediático como para protagonizar un anuncio en televisión, tan querido como para firmar autógrafos a los aficionados, tan venerado como para llevarse las mayores de las ovaciones en las presentaciones del equipo, en la celebración de títulos, y sobre todas las cosas, sumamente querido por todos los futbolistas del valencia de todas las épocas.

El secreto: es un enfermo del fútbol y adicto al Valencia CF. El dia que deje de desempeñar su cargo, el valencia CF perderá todo rasgo identificativo con el pasado, quizás con la desaparición del viejo Mestalla sea uno de los pasos más traumáticos que debamos asimilar. Y tan solo nos quedaran los recuerdos de ese Valencia CF clásico, aquel que entrenaba detrás de la grada alta de Mestalla, aquellos jugadores que después del entrenamiento iban al bar La Deportiva a que Tomás les sirviera bocadillos y porrones de cerveza....AQUEL TIEMPO EN QUE EL FUTBOL ERA FUTBOL Y NO UN NEGOCIO CAPRICHOSO Y EGOISTA.


Mario Barberá
Socio del Valencia CF
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divendres, 18 de setembre del 2009

Xafant Mestalla. Real Sporting de Gijón: Antonio Maceda

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"Años Dorados" (Los Maurizios)

Mi primera experiencia en el campo de Mestalla fue con 16 años siendo juvenil. Fuimos a jugar un partido de entrenamiento con el Valencia, de los Sol, Antón, Vidagany, Valdez, Abelardo, etc... Era pasar, de tenerlos en cromos, a jugar contra ellos. El campo vacio era, creo, mas grande todavía, los vestuarios eran como 5-6 veces mas grandes de lo normal para nosotros. No recuerdo nada de futbol, ni sé cómo jugamos ni como quedamos, ni creo que me importaba mucho, era un sueño que se hacía realidad, y no estaba la cosa como para reparar en tonterías, como jugar al futbol, todo lo de alrededor era muchísimo más interesante.

Como sabéis soy valenciano y mis primeros partidos en Mestalla con el Sporting fueron frustrantes, pues ellos tenían buen equipo y nos ganaron las 3-4 veces primeras que fuimos. Como es lógico venia toda mi familia a verme, yo quería ganar a todo costa pero no había manera. Eso cambió los últimos años, donde les ganábamos siempre, incluso alguna eliminación de copa. Recuerdo los gritos de ánimo de los aficionados de Mestalla, llamándome "renegao, vete para Gijon!!!".

Hay un partido que lo tengo grabado en la mente por la vergüenza que pasé. Nada más empezar nos metieron dos goles en diez o quince minutos. Nuestro portero era Castro el hermano de Quini, y era muy cagueta, no le gustaba que le metieran muchos goles (como a todos). Cuando le llegaba el balón iba de un lado a otro del área, perdiendo tiempo, nosotros pidiéndosela y no nos la daba, era una situación increíble!!!. Todo el estadio estaba alucinado, no sabían si silbar o chillar... Yo, si hubiera podido meterme bajo tierra, lo habría hecho.

Otra que tengo guardada es la primera vez que fuimos con el Real Madrid a jugar. Ese año, aparte de mí, habían fichado Hugo Sánchez y Gordillo, y el entrenador del Valencia era Valdez, que había sido jugador, quizás por eso nos sorprendió un poco, pero la semana antes de ir a Mestalla hizo unas declaraciones de que él no habría fichado a Gordillo y Maceda. Os podéis imaginar con las ganas que fuimos a jugar, les metimos 0-3 y les dimos un baño increíble. Más tarde me lo crucé en la sala de prensa y bajó la cabeza, me imagino que avergonzado. Fue una de mis grandes alegrías, de sentirte satisfecho y de callarle la boca.

Un abrazo.


Antonio Maceda
Futbolista del Real Sporting de Gijón y del Real Madrid CF, internacional por la selección de España
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dimecres, 16 de setembre del 2009

Xafant Mestalla. Real Sporting de Gijón: Manuel Jiménez

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Inaugurem una secció en la qual volem recollir el testimoni de jugadors dels equips que han visitat Mestalla aprofitant l'avinentesa de la proximitat d'un nou partit de Lliga contra eixe rival.

Ens agradaria que esta secció es fera habitual en el nostre blog, per a la qual cosa necessitem, com sempre, la col·laboració dels nostres lectors. És el cas de l'equip que l'enceta, el Real Sporting de Gijón, possible gràcies a la magnífica gestió de José Miguel Lavarías, qui ens ha proporcionat els testimonis que publicarem estos dies.

Un día de febrero de 1980, tuve mi primer contacto con el estadio de Mestalla. Era mi primera temporada en Primera División con el Sporting y recuerdo que perdimos 3-1 contra un Valencia en el que jugaban entre otros, Pereira, Carrete, Tendillo, Saura, Bonhoff, Pablo(de Turón y amigo) mientras que en el Sporting jugabamos Castro, Jiménez, Doria, Rezza, Cundi, Uría, Mesa, Joaquín, Ciriaco, Quini y Ferrero. En esa misma temporada volvimos para jugar la copa y aunque perdimos en Mestalla 1-0 con gol de Kempes, los eliminamos en Gijón venciéndoles por 3-1.

Desde esa fecha y hasta la temporada 91-92 no falté a la cita anual con Mestalla (salvo, creo, un año en el que el Valencia estuvo en Segunda) y también recuerdo con alegría que en la primera victoria que conseguimos marqué un gol y en la última con el Sporting ganamos 0-1 con gol de Luis Enrique nos clasificamos para jugar la UEFA y en el vestuario después del partido tenía una sensación rara, por un lado de alegría por haber ganado y lograr la clasificación para la UEFA y por otro la tristeza del adiós a mi equipo de toda la vida pues era mi último partido de liga con el Sporting. Luego volvería con el Burgos en la temporada 91-92 y con un empate 1-1 sería mi última visita como futbolista profesional a Mestalla.

Mestalla también me trae buenos e inolvidables recuerdos, porque mi etapa de jugador de la Selección Española está muy ligada a ese campo aunque no llegué a pisarlo como internacional. Sí estuve en el banquillo los cuatro partidos de preparación del Mundial de España 1982 y también estuve entre los 22 seleccionados en ese Mundial y la sede de la primera fase fue Mestalla.

Por tanto, muchos de los mejores momentos de mi vida profesional van ligados a ese campo y aun recuerdo buenas tardes o noches peleando con grandes jugadores a los que tuve la suerte de marcar como Morena, Mario Kempes, Cabrera, Penev... y algún duelo más caliente, especialmente con Roberto Fernández, con el cual cada vez que nos vemos lo recordamos con nostalgia.

Un saludo muy afectuoso


Manuel Jiménez
Futbolista del Real Sporting de Gijón y del Real Burgos, internacional por la selección de España
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dilluns, 14 de setembre del 2009

Elogio del Principe Pasmado

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Lo primero que supimos de él fue que le llamaban Carlitos. Aterrizó en Mestalla en el verano del 84', de la mano del mítico Buqué e integrando un pack de 3: Jon García, Quique y él. Con buen criterio Carlitos se convirtió en Arroyo y el niño pasmado de pelo rubio ensortijado y mirada un tanto alelada dio paso a una promesa en ciernes que pronto, muy pronto, elevó el listón a galones de diamante en bruto.

Fue el de 1984 un verano diessel, de los de entonces. Asumidas las penurias, la grada no esperaba otra cosa que chavales con hambre a los que sin embargo saludaba con desdén. Lo paradójico de aquel 3x2 fue su rentabilidad. Y si Quique se ganó el respeto de la grada en su debut ilicitano, 0-1 con gol de Tendillo; a Arroyo le llegó el bautismo en aquel pseudopartido contra el Espanyol donde el Butano convirtió la palabra esquirol en arma de destrucción masiva. Esa tarde, Mestalla descubrió a un jugador talentoso, distinto, capaz el sólo de limpiar algunas de las telerañas que en ese momento descendían por la techumbre del heráldico anfiteatro de la avenida de Suecia. Tenía 18 años y jugaba oficialmente en el filial. Fue tal el impacto de su juego que hasta que subió de manera definitiva al primer equipo, las matinales de Mestalla recobraron el perfil de la vieja guardia pretoriana de las esencias, caídas en desgracia poco a poco desde el no ascenso de 1952. Sin pretenderlo, Arroyo le devolvió al filial el impulso y la chispa, la ilusión de ser vivero. De repente, muchos volvieron a ver los partidos del filial, y de 3.000-4.000 fieles se pasó a mañanas pletóricas de más de 10.000 devotos.

Sin duda, todos los que coincidíamos en aquellas matinales de ensueño en tercera división veíamos a Arroyo como el futuro crack del Valencia. Y es evidente que nunca como entonces jugó tan bien el chato. El gambeteo, la pausa, el pase largo, el cambio de ritmo. No tenía el VCF un jugador como él ni de lejos. La alternativa la tomó en el Villamarín, en enero de 1985. Un 1-3 ilusionante con la segunda vestimenta histórica más habitual: pantalón negro y camiseta granate, mi preferida.

Después, la cruda realidad se fue imponiendo y Arroyo siempre anduvo por debajo de esas enormes expectativas despertadas en el otoño del 84. Poco a poco, todos fuimos olvidando el anhelo del crack y asumimos lo que siempre fue: un excelente jugador de club. Uno de los fichajes más rentables de la historia, que tuvo, además, una de las despedidas más apoteósicas, bonitas y emotivas que se recuerdan en Mestalla. Se marchó con un gol, que sin llegar al escalón de los más celebrados, anduvo muy cerca. Fue en la penúltima jornada de la 95-96, también frente al Espanyol. Un año vibrante, con un equipo memorable que sólo por efecto de las inmediatas gestas que aguardaban a la vuelta de la esquina ha quedado en un injusto segundo plano. Esa, quizás, sea la metáfora más eficaz para retratar el paso de Arroyo por el Valencia. Su inequívoca tendencia a quedarse en una esquina del retrato.

A veces me lo cruzo por la calle y tengo la sensación de que ni siquiera él sabe quién es. Lo veo y dudo, con esa tripa indecente que le asemeja más a Españeta que a Baraja. Mantiene, por añadidura, la misma expresión anodina de rey pasmado a medio camino entre Gabino Diego y el príncipe de Bekelar. Que Arroyo nunca ganara un título en sus doce temporadas como valencianista es lo de menos. Lo suyo siempre fue otra cosa: el quiebro, la volea, la extraña sensación de que estaba entre nosotros para hacernos creer que todo, inevitablemente, acabaría por mejorar. Fue bastión de la ilusión en tiempos de penuria. Un secundario de lujo, discreto, callado, a ratos espectacular. Uno de esos magos que renuncian a la magia cansados de engañar a las multitudes y que intuyen, aunque no lo saben, que lo mejor, casi siempre, es guardar silencio y quedarse en un segundo plano.


Rafael Lahuerta Yúfera
Socio del València CF
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dimecres, 9 de setembre del 2009

El centenari

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Montes marcant un dels dos gols que anotà en un Gimnàstic FC 0- València FC 2 de l'any 1926 al Camp de Vallejo.

Escric estes línies amb la necessitat de que algú puga ajudar-me. Acabe d’eixir de declarar davant el jutge per entrar a una propietat que, segons ell no és meua, encara que allí es on tinc un bon troç del meu cor i la meua memòria està plena del seus records.

Vos jure que mai havia fet una cosa com la que vaig fer ahir. Espere que es fiqueu en la meua pell, i no em jutgeu per que de ben segur que vosaltres haguereu fet el mateix.

Ahir a la nit vaig eixir de sopar amb els amics. Després, recorde que anarem a prendre una copeta o tal vegada més d’una, no ho se.

El càs, és que quan tornava cap al meu cotxe, al passar per una de les portes de Mestalla de l’Avinguda de Suècia, la vaig vore mig oberta. Ja era tard i ahir a la nit no hi va haver partit. Sense voler, vaig fer algo del que no m’arrepenteix, encara que segons la policia i el jutge de guardia pot ser catalogat com a delicte.

Com estava contant-vos, vaig entrar i em va sorprendre que no era l’ùnic que estava al camp, encara que la vestimenta del públic no era l’habitual: homes amb "canotiers", xiquets amb pantaló curt, moltes gorres, bruses, espardenyes i algun que altre pedàs en la roba.

Sobre l’herba vint i dos jugadors: Blanquinegres i blaugranes, valencianistes i gimnastiquistes, el València i el Gimnàstic.

A les grades un gran ambient, l’afició dividida. Els dos clubs de la "ciutat" cara a cara. El motiu de tanta espectació no era altre que el partit del centenari. Ahir, el Gimnàstic FC, el nostre gran rival capitalí, complia cent anys. A les grades, hi havia qui havia estat esperant este partit des del 1939.

Entre els nostres jugadors, els millors entre els millors, dels anys vint i trenta: Cano, Cubells, Montes, "Marinet", Rino, Costa, Conde, Pasarín... entrenats pel txec Anton Fivber, i a la seua ombra Luis Colina, sempre atent a tot el que passava.

Els dels Gimnàstic tampoc es quedaven arrere: Civera, Cervelló, Ventura, Armet, Boro i per damunt de tots ells el gran Enrique Molina, qui va jugar mitja part en cada equip. Ja que, encara que triomfa com a valencianista, en una ocasió com esta no podia oblidar el seus origens i... vaja com jugà.

Per a que no faltara cap ingredient l’arbitre, com no podia ser d’altra manera, va ser el senyor Milego, d’esta forma en cas de derrota els gimnastiquistes sempre podriem tirar-li a ell la culpa. Per alguna cosa era, a banda d’arbitre, fundador del club de Mestalla.

I ara, es preguntareu ¿Per què a Mestalla? La resposta, és ben senzilla, al Gimnàstic ja no li queden referents: ni el camp del Patronat, transformat en centre comercial, ni l’Stadium del riu, convertit en jardí urbà, ni tan sols Vallejo ha pogut sobreviure. D’estos primers anys gloriosos del futbol valencià sols queda Mestalla, i desgraciadament, no per molt de temps.

El resultat no vos el diré, si el voleu saber, haureu d’anar al judici i explicar-li al jutge, que vosaltres, en el meu cas haguereu fet el mateix i que una ocasió com esta sols passa una nit cada cent anys.

Josep Bosch.
Soci del València CF
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dijous, 3 de setembre del 2009

El "10" del millor València de la història

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El gol que obrí el camí a la 5ena lliga del València CF la temporada 2001-2002: el gol de la victòria contra el Real Madrid CF dels primers galàctics
en la primera jornada de lliga al Camp de Mestalla, el 25 d'agost de 2001 (agraiments a la secció multimedia de ciberche.net).

Després de tota una vida de valencianista, hui despedim Miguel Ángel Angulo del les files del València CF. Les ombres dels últims anys de la seua carrera no poden amagar la importància d'un futbolista que ha participat del reviure del nostre club els darrers 10 anys. Per a molts sempre ha segut un jugador limitat, qüestionat. Per a molts més, un jugador que reflectia el caràcter d'un nou València que prenia la modèstia, l'esforç i la constància com els seus punts forts. Potser la millor representació d'això la tenim en el seu dorsal: el "10" del millor València de la història ha segut un jugador com Angulo. Alguns diran que és una incongruència. Nosaltres pensem que tot el contrari: un indicador de la identitat què ens va bé i ens funciona.

Servisquen estos 32 segons de video d'un dels moments més destacats de Miguel Ángel Angulo al Camp de Mestalla com a homenatge de gratitud a un dels més grans dels nostres.


Últimes vesprades a Mestalla
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