divendres, 17 d’octubre del 2008

Banqueta visitant. CD Numancia

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El sustituto de Javier Marías.

Según tengo entendido este artículo debía escribirlo Javier Marías, que por algo es el pseudohincha más letraherido del Numancia. Pero entiendo que los instigadores de este blog lo han tenido difícil para lograr su propósito. Eso al menos me dijo la otra noche mi amigo el panata (alias Rafa Lahuerta) que me insistió para que les contara lo que piensa un numantino de Mestalla. ¿qué que pienso de Mestalla? Pues nada. Me la pela Mestalla. Como me la pela todo lo que pasa al otro lado del Turia.

Como ya he visto que en este blog lo de menos es el fútbol les contaré como he llegado hasta aquí para ser el sustituto de Javier Marías. Al Panata lo conozco desde 1993, cuando empecé a trabajar de cocinero en Comidas Esma y él llevaba el pan. Un día alguien pidió una tortilla a las finas hierbas y deduje que estaba ante el típico lector de Tabuchi. Lo que no esperaba es que fuera el mismísimo Panata el patético aprendiz del periodista portugués y su 'Sostiene Pereira'.

Aquello me chocó, porque del Panata sólo sabía que era un futbolero muy del Valencia tirando a ultra. Así que a partir de esa noche tuvimos más temas de conversación: fútbol, fútbol y algo de libros. Lo cierto es que de la anécdota de la tortilla a las finas hierbas nació algo parecido a la amistad. Y aunque pronto dejé de trabajar en Comidas Esma, no dejé de vivir en mi piso de la calle Numancia. Porque si, esa es mi verdadera razón para ser hincha del Numancia. Haber nacido allí, en la calle que lleva el nombre de la resistencia heroica.

No padezcan pues. No tengo ninguna historia lacrimógena para ustedes. Mi padre nunca me llevó a los Pajaritos de pequeño, ni mi abuelo fue Antonio Machado, ni estuve allí el día en que los Gabinete Caligari se fueron a dar la murga 'camino Soria'. Fue todo más prosaico. Mi familia tenía un puesto de especias en el Mercado Central y vivíamos en la calle Numancia, entre la plaza del doctor Collado y Lope de Vega. Un día me puse a buscar de dónde coño venía la palabra Numancia y al final, pese a no haber google todavía, llegué al club de fútbol de la ciudad de Soria. Tenía 9 años y me hice del Numancia. Así, por la cara. Chulo que es uno.

Durante años estuve comprando cada lunes el Marca para ver el resultado de mi equipo en las categorías del subsuelo futbolístico español, un hecho que me confirió cierta fama de excéntrico. Fama que nunca desdije cuando años después me dejé crecer una cresta punky de color rojo. Cuando se puso de moda y Lotina era el entrenador cumplí mi sueño de ver un partido del Numancia en directo. Fue en el Camp Nou, en la copa de la 95-96. Ese mismo año, en el Milagro de P.Tinto el enano calvo salió corriendo delante del tren con la gloriosa camisa roja del Numancia. Todo un punto. O eso al menos deduje yo.

Por lo demás, nunca he vuelto al fútbol. Sólo me gusta en la tele. Además, me da mucha pereza cruzar los puentes que llevan a Mestalla o al campo del Levante. Soy de esos valencianos numantinos que nunca han pasado al otro lado del río. Cuando derriben Mestalla no tendré nada que añorar.

Rubén Heredia Martín
forofo del Numancia en Valencia
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8 comentaris:

Anònim ha dit...

Un pot ser de l'equip que vulga, faltaria més, però no enganyar al lector. Javier Marías és del Real Madrid. Un fanàtic, de fet. I un xulo, com toca. Allò del Numància és paternalisme estiuenc (estiuejava a Sòria) i respon a eixe rotllo madridista de "mi segundo equipo es"...).

I, per cert, Marías menysprea el València CF. Llegiu "Salvajes y sentimentales"...

Anònim ha dit...

Home Sento, si no pilles la ironia...crec que és evident la parodia...

bar Torino

Anònim ha dit...

Tens raó, bar Torino. No he sabut capir la ironia subtil...

kawligas ha dit...

La visita del Numancia tiene algo especial para mí. Carlos Bellvis alias Xispa (o Chispa)cedido por el Valencia y que juega por la izquierda, normalmente de interior, fue alumno mío. Ha sido afortunado de poder jugar al fútbol y ganarse la vida mejor que yo, porque su horizonte era muy, pero que muy negro.
Sobre mi relación con Javier Marías prefiero correr un tupido velo...

Anònim ha dit...

Ha estado usted soberbio, Rubén. Y El Panata, atreviéndose a alinearle, todavía más. ¡El Panata! Je, je.

Un abrazo a todos y felicidades por el blog,
De Paco

Anònim ha dit...

Casale, mañana le llamo. Creo que tenemos algo que comentar. Y por cierto, un día alguien, "hom", debería hacer un libro con muchas fotos, en plan libro regalo, como con de sitios que nunca ganarán la estrella michelín. Empecemos la lista:

Comidas Esma.
Bar Castillo.
Los Caracoles.
Los Toneles.
Las comidas de las Hermandades del Trabajo en la Plaza del Negrito.
Los Malagueños. Los Malagueños merecería todo un blog.
La Cafetería CHile, en la calle del mismo nombre.

Dew.

Tempoèdolore

Anònim ha dit...

Oiga, lo ha bordado.

A los de la periferia también nos daba pereza "ir a Valencia" de nanos, pero claro eran los tiempos en que la madre de uno le ponía de punta en blanco y se podía caer a una acequia de las múltiples y cercanas que habían, o escaparse a la huerta a cojer cascabelicos y salir por piernas ante la presencia del amo, abrir la ventana y oler "el fem" de los campos abonados y divisar trozos del Mediterráneo, jugar al fútbol en medio de la calzada sin apenas coches... Y Mestalla andando a cinco minutos.
Por cierto, jodida recalificación "salvadora", para los privilegiados que habitamos cerca del viejo templo.

Alfredo Cardona

Anònim ha dit...

Alfredo, pones el dedo en la llaga.
Siempre me fascina la rapidez, no sé si inconsciente, con que la ciudad ha variado su percepción del río. Lo que antes era frontera ahora es eje. Evidentemente es un salto cualitativo en calidad de vida pero creo que a nivel de relato hemos perdido visión. Incrustar Mestalla en ese escenario es parte del reto.

saludos

bar Torino