Article publicat al diari Levante-EMV el dia 13 de gener de 2011.
Después del partido del pasado domingo entre los dos equipos más representativos de la Valencia futbolera, tras noventa minutos que no pasará a los anales del fútbol por su buen juego, asistimos ahora a la polémica que un partido de tanta rivalidad genera no sólo en las tertulias de aficionados, sino también entre miembros de nuestra prensa local, destacando el «pique» entre V. Chilet y J. L. García, cada uno desde su trinchera futbolística-sentimental, en las páginas de este periódico. Para el amante del fútbol y de sus «mundos paralelos» este partido ha sido más interesante, rico y pasional que el jugado sobre el césped del Ciutat de València.
Con todo, no podemos olvidarnos del gran perjudicado de este derbi, que no es otro que el histórico CD Mestalla, el actual Valencia CF-Mestalla, equipo que ha protagonizado muchísimos más partidos de rivalidad ciudadana contra el Levante UD, tanto en categorías nacionales (2.ª, 2.ª B y 3.ª división) como en regionales, que el primer equipo valencianista. Además el CD Mestalla fue el segundo equipo de la ciudad en ganarse el mérito de jugar en Primera, la temporada 1951-52, más de una década antes que el Levante UD.
Así pues, sirvan estas líneas para hacer justicia y recordar a un equipo que tanto para xotos como para granotes merece un lugar destacado en la historia de la rivalidad futbolística valenciana y que durante muchas décadas ha tenido que defender el pabellón valencianista frente a las huestes levantinas.
Josep A. Bosch Valero
Soci del València CF
Historiador
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Después del partido del pasado domingo entre los dos equipos más representativos de la Valencia futbolera, tras noventa minutos que no pasará a los anales del fútbol por su buen juego, asistimos ahora a la polémica que un partido de tanta rivalidad genera no sólo en las tertulias de aficionados, sino también entre miembros de nuestra prensa local, destacando el «pique» entre V. Chilet y J. L. García, cada uno desde su trinchera futbolística-sentimental, en las páginas de este periódico. Para el amante del fútbol y de sus «mundos paralelos» este partido ha sido más interesante, rico y pasional que el jugado sobre el césped del Ciutat de València.
Con todo, no podemos olvidarnos del gran perjudicado de este derbi, que no es otro que el histórico CD Mestalla, el actual Valencia CF-Mestalla, equipo que ha protagonizado muchísimos más partidos de rivalidad ciudadana contra el Levante UD, tanto en categorías nacionales (2.ª, 2.ª B y 3.ª división) como en regionales, que el primer equipo valencianista. Además el CD Mestalla fue el segundo equipo de la ciudad en ganarse el mérito de jugar en Primera, la temporada 1951-52, más de una década antes que el Levante UD.
Así pues, sirvan estas líneas para hacer justicia y recordar a un equipo que tanto para xotos como para granotes merece un lugar destacado en la historia de la rivalidad futbolística valenciana y que durante muchas décadas ha tenido que defender el pabellón valencianista frente a las huestes levantinas.
Josep A. Bosch Valero
Soci del València CF
Historiador
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Entrades
8 comentaris:
Así es. Un artículo excelente. Sereno, certero y aclaratorio. De alguna manera los propios xotos somos los primeros en olvidar la hermosa y vital historia del Mestalleta, un vivero de valencianistas ilustres que además mantuvo la esencia y la identidad del club durante décadas. Si somos lo que somos se lo debemos en buena parte al relato que el Mestalla supo plasmar. El segundo filial con más temporadas en segunda división y el tercero en valía histórica, sólo superado por el Castilla y el Barça Atlético.
BT
Ahí le has dado, Josep!!!
El Mestalla es el verdadero rival del Levante!
Creo que no se puede decir más claro.
Enhorabuena, Josep, gran articulo.
Un saludo
Jose miguel Lavarías
Como decía Bill Shankly: En Liverpool hay dos equipos: el Liverpool y los suplentes del Liverpool.
La iluminación artificial en El Molinón se inauguró en un partido contra el Mestalla.
La publicació d'este post ha coincidit en la primera derrota lliguera del Mestalleta,l'últim equip de categoria nacional que encara no havia perdut cap partit.
Esperem siga sols una casualitat.
Josep Bosch
Mal vamos si, como parece que ahora sucede, nos conformamos con que el Mestalla sea un zombi que deambula por la octava división, con futbolistas que sueñan con marcharse cuanto antes, no ya al Valencia, como habría de ser, sino a cualquier segunda b que les ayude a sobrevivir profesionalmente del fútbol.
Hace muchos años, recuerdo que, tras un partido del primer equipo, aparecieron para mi sorpresa los chicos del filial, con Juárez a la cabeza. Iban a jugar su partido de liga, de manera que mucha gente se quedó en el graderío, algo que ahora, cuando hay que irse a Paterna para ver al Mestalla, parece impensable. Jugaron mejor que los seniors, por cierto.
Qué lejos queda esto. Y ello me lleva a una reflexión. Ayer el Valencia jugó contra el Málaga en Mestalla. En los últimos tiempos he vivido partidos buenos y malos, derrotas y victorias, pero casi siempre a horas que me parecen infames. Anoche hacía un frío terrible. Nos hemos acostumbrado a que sean las teles las que lo gobiernen todo, de tal manera que ya no nos extraña que jugar a la única hora genuinamente futbolística, las cinco de la tarde, sea poco menos que un recuerdo para los aficionados del valencia.
Muchos periodistas se preguntaban por qué la gente falló ayer a su equipo. Miren señores, hace mucho frío. Ustedes trabajan en su cabina y no pasan el frío que paso yo en el gol gran nord, al que acudo por amor al arte y sin que me cobren la entrada barata. Yo he llegado a ir con mi padre a ver jugar a Valdez, Keita o Kempes ¡a las cuatro de la tarde! Es cierto que en aquel entonces podía jugarse incluso a las 10 y media los sábados, pero cuidado, eso sucedía solo en septiembre o en mayo, cuando realmente apetece ir al fútbol por la noche.
El año pasado, no recuerdo quien era el rival, hubo un partido en enero, a las diez, y nada menos que un lunes, sí , de esos en que te has levantado a las siete si tienes la suerte de tener trabajo, y sabiendo que a la una, cuando llegues a casa, te quedarán unas horitas hasta la madrugada del día siguiente. Fue un partido tosco y aburrido, hacía un frío terrorífico. De pronto, mientras veía a Miguel Brito pegarle con la uña pensé: "El fútbol no me gusta tanto como para esto. Debe ser este rollo enfermizo que tengo con el Valencia, porque si no es para pensarse que estoy loco"
Fíjense bien en la grada. Apenas se ven críos ni ancianos, incluso es raro ver mujeres. La pareja se ríe cuando te ve salir de casa a las nueve y media forrado de ropa, mientras ella se queda en el sofá viendo una peli. Y si tuviera un hijo, no lo llevaría para que me agarrara una pulmonía. Parece que a O grados sólo se atreven a ir al estadio aquellos a los que se reclutaría para una guerra. ¿Que no va la gente a Mestalla? Joder, es que hay tener mucha afición. Es que tienes suerte si el partido es a las siete, que parece que aún no ha caído lo peor de la helada.
Está muy bien lo de estirar el chicle de las teles hasta el último confín imaginable, pero estamos echando a la gente de los estadios. NO se engañen, la tele ayuda, pero es el frío y el horario intempestivo lo que aleja a la gente de Mestalla.
Y de esto, por cierto, no tiene Emery la culpa. Lo digo por el descerebrado que ayer aprovechó el minuto de silencio para insultarle, qué machito.
David, no quito ni una coma a tu texto, estoy de acuerdo al 100%.
Ojalá, algún día, el futbol deje de interesar a las televisiones y se reinvente.
Con lo bonito que es este deporte y lo maltratado que está en este pais. Qué pena.
Un saludo
Jose miguel Lavarías.
Totalmente de acuerdo David, pero por otro lado a mi me molan esos partidos intempestivos. Tienen algo de irreductibilidad íntima, sobre todo en mi caso que voy solo y estoy solo en la última fila del graderío viendo incluso como se apagan las luces que iluminan el Miguelete. Cualquier otra opción sería preferible a la de estar en Mestalla congelándose de frío y viendo partidos sin apenas valor añadido pero es precisamente eso lo que me obliga a estar: la sensación de que si no estoy no me lo perdono...
BT
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