divendres, 22 de gener del 2010

Un partido partido, una hazaña... una Liga

·


27 de abril, tres jornadas para el final de la liga 2001/2002, el Valencia C.F. líder acechado por el Real Madrid. Mestalla una olla a presión dispuesta a celebrar una liga 31 años después, el trofeo se podía rozar con los dedos pero todavía no estaba en nuestras vitrinas… sólo un último esfuerzo más. El equipo fue recibido por miles de papelitos que volaban hacia el césped, en este tapete una gran “senyera” se desplegaba por jugadores de la Escuela a la salida de nuestros héroes. Una noche de gloria más y los treintañeros como yo viviríamos por primera vez el sueño de ser CAMPEONES DE LIGA.

Empieza el partido, hasta el aficionado más introvertido esa noche era una voz más al viento. Los jugadores sabían que la gloria estaba muy cerca y eso les metió un poco de miedo escénico en el cuerpo y el agarrotamiento se notaba en los primeros compases del envite. Ha pasado media hora y perdíamos 0 – 1, gol de Tamudo de penalti y nuestro Carboni, fruto de la tensión que se sentía, es expulsado por un codazo al capitán del equipo periquito. Así llegamos al descanso. Normalmente en partidos de horario nocturno el aficionado sacaba su “bocata” y reponía fuerzas para la segunda parte, pero esa noche era distinta, nadie se acordaba de ese manjar preparado en casa envuelto en papel de plata, no era momento de pensar en comer, ni siquiera de ir al tigre a evacuar, esa noche el periodo de descanso era un clamor. Mestalla no quería esperar más para conseguir una liga, 31 años eran suficientes. Estoy seguro que los jugadores desde el vestuario escuchaban el rugir de sus aficionados, el hambre y ambición de estos se introdujo en el alma de los jugadores valencianistas y empezaron a creer que el milagro podía ocurrir. Estoy seguro que Rafa Benítez no dio instrucción táctica alguna para remontar el encuentro, abogó al sentimiento, a la emoción, a la fe, AL VALENCIANISMO.

Los jugadores salieron al terreno de juego, podías contar las veces que quisieras y la cifra de jugadores blancos sobre el terreno de juego era siempre 10, uno menos, pero el VCF acorralaba a los españolistas. Y tanto fue el cántaro a la fuente que tras dos incursiones del Kily por la izquierda y sendos remates certeros del gran PIPO BARAJA se remontó y se dio el paso definitivo para la consecución de la QUINTA LIGA, jamás había abrazado a tanto desconocido. Besos, lágrimas, emoción a raudales fluían en la grada y en el césped. La liga matemáticamente no era nuestra, pero ya no había matemática que nos quitara el trofeo, todo el valencianismo se sabía campeón y así se confirmó a la semana siguiente en Málaga… pero esa es otra historia que contaremos en otra ocasión.


Juan Vte. Muñoz de Morales da Silva
Socio del Valencia CF
·

8 comentaris:

kawligas ha dit...

Recuerdo ese momento de una forma muy especial, el texto me ha hecho revivirlo. Me veo asuqeado en el descanso, con una casi certeza de haber perdido el tren, de que una vez más ese sueño se esfumara. Mi primera liga, la de 1971, no me dejó recuerdos de Mestalla. Con 8 años sólo había ido tres o cuatro veces al campo. Pero ahora... Y cuando la Real le dio la vuelta al marcador y cuando baraja nos elevó sobre el asiento, me emocioné. Vibré al abrazar a mi padre, vibré en resonancia con Mestalla y corrí por las calles, excitado, como un niño, a recoger a mi mujer y a mi hijo, para decirles que la historia había pasado delante de mis ojos. Para mí fue la noche más mágica de mi valencianismo.

Anònim ha dit...

EL PARTIDO, en mayúsculas. Para mí también es la noche más grande que he vivido como valencianista. Me he emocionado leyendote y viendo ese gol, viendo a Pipo Baraja correr con los brazos al viento, sabiendonos campeones, y en nuestra casa. Una 2ª parte extraordinaria, con uno menos y no dejando al Espanyol ni pasar de medio campo, y mientras al Madrid le caian goles como churros en Anoeta.

Por cierto, espero y deseo que despidamos como realmente se merece a Baraja en esta la que seguramente será su ultima temporada con nosotros. Un futbolista que ha marcado una epoca en nuestra club. Un mediocentro de leyenda.

Saludos emocionados
Jose Miguel Lavarías

Anònim ha dit...

Si finalmente Baraja dice adiós este año... el último partido, sea contra quién sea, y teniendo o no importancia el resultado, MESTALLA debe llenarse SI Ó SI con uno solo propósito: hacerle saber a Baraja lo que es y representa en la historia de este club. Es de justicia.

BT

Los del Río ha dit...

Esa noche para mí fue mágica también. Una semana antes había estado en Mestalla viendo la victoria ante el Deportivo de La Coruña en directo desde Mestalla, pero el partido ante el Espanyol me tuve que conformar con escucharlo por la radio y casi me muero cuando expulsaron a Carboni!
Pero algo me decía que esa Liga era nuestra, quizá desde el primer partido ante el Real Madrid de Zidane al que ganamos 1-0. Sí al final esa Liga fue nuestra y ya supe que no me moriría sin ver ganar la Liga al Valencia (Y he de decir que alguna vez, aunque tenía 30 años, sí llegué a pensarlo)

La historia me hizo volver a celebrar otra Liga dos años después!

Ahora espero que se vuelva a formar un equio con esa ambición, la de ganar la Liga, no la de quedar entre los 4 primeros. (Lo de los 4 primeros debería ser ya una obligación para todos los valencianistas)

Anònim ha dit...

Ante el Depor, el Sr. Baraja hizo una chilena desde el borde del area en el Gol Norte que se estrelló en el larguero de Molina, que hizo ponerse en pie todo Mestalla ovacionándole. Bellísima jugada.

Si seguim així, hui plore.

Saludos
Jose Miguel Lavarías.

Anònim ha dit...

Gracias por recordar a uno de los grandes, que nunca se nos olvide, pasarán muchos años y muchos peinarán canas y otros no podremos peinarnos por ser donantes de pelo, pero transmitiremos de generación en generación aquel partido y Leónidas Baraja y su tropa espartana en inferioridad numérica acorraló fisicamente al Español y mentalmente al R.Madrid para elevarnos hasta alcanzar lo más parecido a la gloria deportiva de aquel momento.

Es el partido más importante y más intenso que he vivido como aficionado, y en efecto en el descanso no probé bocado, sólo quería seguir animando hasta que no me quedaran fuerzas.

Recuerdos, lágrimas, abrazos, felicidad, satisfacción, alegría, sentimiento.... Amunt Valencia.

PEPELU.

Anònim ha dit...

Quina vesprada la d'aquell partit.
És l'únic partit que no he pogut acabar de vore des del meu seient. Quins nervis i quin patiment.
Fa uns estius, a Punt 2, varen repetir el partit i sabent com acaba la història... amb el gol de l'Espanyol em vaig tornar a ficar a parir fins que el Pipo marcà el segon gol.
Es veu que el patiment valencianista no em deixa gaudir ni en els partits repetits jajaja.

Josep Bosch.

PD.- Quan arriba la nit... jo soc Baraja

Los del Río ha dit...

Cada día me gusta más este blog. Y pienso que ultimes vesprades a Mestalla es posible tenga una larga vida ya que el nuevo estadio...
Sí recuerdo ese tiro de chilena de Baraja al larguero frente al Depor y la falta que lanzó Pablo Aimar y terminó en gol con ayuda de Duscher. Me abracé a un Japonés que estaba a mi lado! La Liga estaba cerca y aún faltaba la hazaña frente al Espanyol de la que habla este artículo.
Me siento feliz de ser del Valencia habiendo nacido en Zamora.