dijous, 30 de juny del 2011

Lobo Diarte. In memoriam.

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Amb motiu del traspàs de Lobo Diarte últimes vesprades a Mestalla vol retre el seu homenatge recordant este evocador post del nostre col·laborador Paco Lloret publicat originalment el 3 de desembre de 2008. Servisca este article, per tant, com a sentit record a un protagonista de la nostra història i a la seua lluita contra la malaltia.
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El gol más rápido de la historia




Nunca me han gustado demasiado los goles madrugadores, aquellos que llegan en los compases iniciales cuando todavía no le has cogido el aire al partido. Te pillan un poco descolocado. Creo que son goles que se olvidan rápido porque todavía queda mucho por delante y su influencia en la suerte de un resultado es muy relativa. Recuerdo, claro está, aquella espectacular mascletà al Lazio que encumbró a Gerard como algo inaudito porque se marcó más de un gol en una apoteosis inicial sin precedentes. Pero a pesar de todo, en el guión soñado de los partidos ideales el gol que te lleva al éxtasis, aquel con el que revientas de gozo es el marcado en los últimos instantes, a la desesperada, después de un asedio infructuoso ante un rival que se las promete muy felices. Esos han sido los que más placer me han proporcionado desde que a finales de los sesenta vi a Paquito batir la portería de Ñito en un Valencia-Granada con un chutazo desde fuera del área que entró por la escuadra en tiempo de descuento. Ese fogonazo te devolvía en un instante la felicidad cuando ya te resignabas al triste empate a cero y la melancolía insoportable del final de un domingo se apoderaba de ti. Por eso nunca quería abandonar la grada hasta que el árbitro pitara el final. El estruendo de un gol in extremis mientras los impacientes y los escépticos se amontonan en los vomitorios de salida me parecía el mejor desenlace y disfrutaba pensando en aquellos agoreros que después de renegar se iban malhumorados antes de tiempo y se perdían lo mejor de la tarde. Era el mejor escarmiento. Imaginaba su rabia al escuchar el alborozo de los que se mantenían en su localidad sin perder la esperanza en el Valencia.

Los goles postreros con carácter decisivo siempre han sido los más celebrados, el grito más desgarrador de la grada se ha escuchado en ese momento mágico en el que la afición se ve recompensada después de aguantar hasta el último instante. En la galería de los mejores, recuerdo el de Forment al Celta en la liga del 71. No he visto algo igual en Mestalla. Todos puestos de pie a la espera de un milagro en forma corner. El Valencia necesitaba ganara para seguir primero y lo logró en una explosión de júbilo tremenda. La célebre remontada al Madrid con Fernando y Robert de goleadores después de sendos cabezazos. Un gol de Ansola también al Madrid en una jugada confusa o el de Keita al Zaragoza en el 76, partido televisado, y con ambos equipos en situación delicada. Sin embargo hubo un gol madrugador que batió todos los registros. Lo marcó el “Lobo” Diarte al Elche el 4 de diciembre de 1977, hace justo 31 años. Marcel Domingo era el entrenador y el Valencia solía en aquel período despachar con autoridad los partidos en casa pero fuera estaba abonado a derrotas mínimas. Ibas a Mestalla confiado, sabías lo que te esperaba. Apenas sufrías, aunque después de este partido contra el Elche el equipo entró en una racha negativa a partir del 1 de enero del 78 cuando perdió contra la Real Sociedad, en una tarde de frío y resaca insoportable.

Creo que es el gol más rápido de toda la historia pero la falta de documentos audiovisuales de aquel choque impide certificarlo. Lo curioso es que esa jugada se ensayaba y nunca salía bien. Aquel día todo sucedió según lo previsto en la pizarra. El portero del Elche era Esteban, recientemente fallecido. Se colocó algo adelantado en la portería del Gol Xicotet. El Valencia sacó de centro, Diarte tocó hacia delante y se marchó raudo hacia el área ilicitana mientras que Felman retrasaba el balón para que Kempes lo lanzara en largo a la cabeza de Diarte. El pase teledirigido llegó al “Lobo” que remató sobre la marcha en una extraña postura. El balón superó al portero que se quedó clavado y entró en la portería ante la incredulidad general. Por supuesto, hubo gente que se lo perdió por llegar tarde. Quienes estábamos en la general de pie del Gol Gran cerca del reloj lo vimos asombrados y lo celebramos con cierta perplejidad. Para más inri, Diarte sólo marcó ese gol en toda la temporada. El partido acabó 4-1 y Kempes acabó siendo la figura del partido con un par de goles. El tanto del Elche tampoco estuvo mal, lo marcó Trobbiani antes del descanso y Mestalla le aplaudió.

Los jugadores del Valencia lo volvieron a intentar en otros partidos pero ya nunca les salió la jugada y ni siquiera eran capaces de poner en aprietos al rival. Con el paso del tiempo desistieron. Al final de aquella temporada Mestalla modificó su aspecto clásico con una reforma que prometía la llegada de tiempos felices, el equipo volvió a Europa después de un lustro de ausencia, Kempes confirmó su reinado antes de coronarse en el Mundial de Argentina y la estrella del Lobo se eclipsó aunque nos dejó la secuencia imborrable de un gol que nunca más se ha vuelto a vivir en Mestalla.


Paco Lloret
Socio del Valencia CF
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9 comentaris:

Anònim ha dit...

Fue de los grandes que se fueron sin hacer ruido. Descanse en Paz Lobo.

kawligas ha dit...

El Lobo hizo en su paso por el Valencia lo que muchos entendemos que es una de las componentes fundamentales del fútbol: nos ilusionó. Con Rep y con Kempes formó una línea atacante letal y su recuerdo debe acompañarnos siempre

Anònim ha dit...

Lobo Diarte fue un gran delantero centro rematador. Tenía figura para hacer arte y magisterio para enseñar los movimientos del clásico 9. En alguna ocasión me pareció verlo en Mestalla moverse por el área con frack y pajarita, por mucho que se empeñara a la usanza de la época, su aspecto de cantautor con su melena y guitarra al hombro.

Un gol tan rápido sólo se entiende
en Lobo Diarte: "en el vestuario, ya afinaba el acorde".

Alfredo Cardona

Anònim ha dit...

Fue mi primer gran impacto en Mestalla, más incluso que Kempes...pena que durase tan poco. Recuerdo leer y releer mil veces un reportaje de don balón en el otoño de 1976 con unas fotos espectaculares del Lobo con el Mestalla clásico de fondo...esas fotos siempre me parecieron la cristalización de la militancia. El Lobo era plástico y elegante como pocos. DEP

BT

Anònim ha dit...

De esos futbolistas de los cuales se esperaba mucho más pues condiciones y talento tenía de sobra, pero que caló como pocos en la afición, y prueba palpable es el impacto que entre nosotros ha causado su muerte.
Durante un tiempo le hizo sombra a Mario, y creo que eso dice muchísimo de él. Y si encima como persona impresionaba a todo aquel que tuvo la fortuna de conocerlo...
DEP Lobo Diarte.

Saludos entristecidos
Jose Miguel Lavarías.

Anònim ha dit...

esa foto del Lobo con el viejo Mestalla de fondo...me quedaría a vivir en esa foto.

BT

Anònim ha dit...

Descanse en pau u dels nostres.

Josep Bosch.

Romi ha dit...

Caluroso verano del 76 en La eliana,sonrisa felina de Ramos en su presentación,debut en Gandia,pared con Kempes al Celta,comienzan sus goles,Atocha en blanco y negro,Español,Elche,toca el cielo frente al Racing,al Betis de cabeza a centro de Adorno,al Barsa en el desastre del 6-1,al Zaragoza por TV...su melena,su salto,su fortaleza,su estampa...8º de EGB en Maristas y yo quiero ser "el lobo"
Cuatro delantero centros que vi jugar ya no estan,ANSOLA,ROMEL,SIXTO y DIARTE.Mi emocionado recuerdo para ellos.Saludos

Anònim ha dit...

Un dels meus primers records del València CF està relacionat amb Lobo Diarte. Jo tindria uns 6 ó 7 anys. Els meus pares ens havien comprat dos camisetes del València, imagine que dos camisetes blanques a les que ma mare havia cosit un escut del club. Ens volien posar un dorsal i la cosa estava entre el 9 de Diarte i el 10 de Kempes. Jo tinc claríssim el record i la consciència d'haver organitzar-ho tot per a que el meu germà, més xicotet que jo, estiguera d'acord en triar el 10 i així jo quedar-me amb el 9, el número d'un jugador amb un malnom irresistible: el Lobo...
També recorde, de seguida, la lleugera sensació de que qui havia triat millor era el meu germà...
Segurament l'anecdota correspon a l'any següent a eixa arracada de temporada tan fulgurant que s'ha comentat ací.
Des d'ací un record a un altre dels que han format part de la nostra història.