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Mestalla está viviendo una nueva juventud. Una
más. No soy capaz de enumerarlas, pero podemos convenir que esta que estamos
presenciando es la penúltima -la última nunca, que diríamos en la barra del
bar-.
Releyendo algunos de los primeros artículos
del blog, especialmente alguno de los recogidos en el libro y que datan del
verano y el otoño de 2008, cuando el traslado al nuevo estadio de Benicalap
parecía una realidad cercana, con el consecuente abandono del viejo Mestalla
esperando inminentemente detrás de cualquier esquina, llegué a una conclusión.
Nosotros, actual pueblo de Mestalla, somos
unos afortunados y tenemos, también, una misión. Afortunados porque el destino
nos ha concedido una prórroga, la última voluntad de un condenado a muerte.
Prolongar la vida que algunos habían decidido que tocara a su fin. Estirarla no
unos días ni unas semanas, sino unos años que, actualmente, no sabemos cuándo
acabarán.
Caprichoso el destino ha querido, además, que
Mestalla espere su marcha reluciente. Los nuevos amos han decidido engalanarlo.
Mestalla aguarda el momento último y definitivo del adiós brillando con luz
propia, como en las mejores ocasiones: partidos grandes, noches mágicas,
eliminatorias europeas con traca final y un largo etcétera repleto de banderas
blancas y negras ondeando en el cielo del barrio de Algirós.
La misión es la de mantener viva la llama del
sueño que heredamos de nuestros padres y abuelos. Transmitir a las generaciones
venideras la leyenda del viejo Mestalla. Que los niños de mañana conozcan el
estadio donde su equipo se hizo grande. Porque no muere lo que es recordado,
porque quien pierde los orígenes pierde identidad.
Mientras tanto aprovechemos el tiempo.
Apuremos la última luz del sol que se pierde por detrás de la tribuna.
Cantemos, saltemos, gritemos, abracémonos con nuestros compañeros de grada,
alentemos a nuestro equipo. Somos replicantes de Blade Runner huyendo a vivir
el tiempo que nos queda antes de que todos esos momentos de gloria se pierdan como lágrimas en la lluvia.
Pau Corachán Latorre
Socio del Valencia CF
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2 comentaris:
Molt bo Pau
Me mires en bons ulls Juan. Salut!
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