divendres, 12 de setembre del 2008

Un Valencia Campeón: Una demagogia innecesaria

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[Escut del València amb la imatge de l'entrenador Anton Fivber]

Chicago es una gran ciudad. No tiene los encantos subyugantes de mi adorada Nueva York, pero hay que reconocerle méritos innegables. El blues eléctrico que surgió de la zona sur de la ciudad en los años 40 y 50 no es más que uno de ellos. Podríamos seguir con la escuela arquitectónica que floreció en el interior de su célebre Loop, ser el paisaje urbano necesario para los tejemanejes de los mafiosos de tronío como Al Capone o albergar entre sus calles al coqueto Wrigley Field, inaugurado en 1914, el campo de los Chicago Cubs. También es la ciudad de los Chicago White Sox, conocidos durante un tiempo como los Black Sox debido al fraude que sus jugadores llevaron a cabo amañando las Series Mundiales de 1919 (me encanta esta cifra). Un hecho que actuó como una maldición que les impidió volver a ganar el campeonato máximo de béisbol hasta el año 2005. Pero volvamos a los Chicago Cubs. Los Cubs juegan en la Liga Nacional de béisbol (creada en 1876, la más antigua de las dos que componen la Major League Baseball). La otra liga es la Liga Americana y ambas funcionan de modo independiente, con su propio campeón anual; pero, desde que en 1903 a uno de esos magnates de puro y mostacho se le ocurrió que sería una buena idea enfrentar a los campeones de ambas ligas en una especie de campeonato de campeones, las Series Mundiales (el nombrecito se las trae, lo reconozco, pero ya sabéis cómo son estos americanos) son el verdadero certificado de excelencia anual en el mundo del béisbol. Los Chicago Cubs ganaron por última vez las Series Mundiales en 1908. Sí, leéis bien, no me he equivocado al teclearlo. El año 2008 presencia el centenario de la incapacidad de un club fundado en 1876 (con el nombre original de Chicago White Stockings) para proclamarse campeón. Toda una pléyade centenaria de jugadores, propietarios, empleados y aficionados, que podría llenar toda una biblioteca de guías telefónicas, nunca ha visto a su equipo ganar las Series Mundiales. Durante años, los Cubs fueron el paradigma del equipo a ridiculizar, los perdedores profesionales, el verdadero equipo del montón. Aquellos malos tiempos no hicieron que los propietarios se plantearan cambiar de ciudad al equipo, dado que la afición siempre fue fiel y mantuvo la esperanza de que todo cambiaría en la siguiente temporada. La temporada actual nos muestra a unos Cubs liderando su clasificación, jugando con toda seguridad los play-offs por el campeonato de la Liga Nacional. Y quien sabe si llegando hasta las Series Mundiales. Los aficionados muestran su confianza en el equipo con carteles que llevan a los partidos; éstos rezan: “I believe in 2008” ("Creo en 2008").

Perdonadme esta digresión sobre Chicago, los Cubs y el béisbol, pero la encuentro imprescindible para poner en perspectiva lo que pretendo contar. El Valencia F. C. fue fundado en 1919 (mira que es chula esta cifra) y en breve contará con 90 años de vida. Su actual campo es el Camp de Mestalla inaugurado en 1923 y a finales de temporada cumplirá 86 años albergando los partidos locales de mi equipo. Mi equipo ha ganado títulos nacionales, internacionales, otros de menor entidad y muchos de ninguna. De entre todos ellos, destacan seis títulos de campeón del Campeonato Nacional de Liga, una competición de primer nivel europeo; título éste que sólo ostentan 9 equipos españoles. Fue campeón regional múltiples veces cuando la liga española no existía, fue campeón de la segunda división y subió a primera para no descender más que una vez y subir inmediatamente en la temporada siguiente. En los años 40 fue hegemónico y hasta la llegada de Di Stéfano al Real Madrid, tuvo mejor palmarés que “el mejor club del mundo”. Ganamos títulos en todas las décadas y a veces hasta dos en un año. No hace tanto que tuvimos una nueva edad dorada y la temporada pasada volvimos a poner una muesca en la culata de la Copa del Rey. Seguro que esto que os cuento no os viene de nuevo a casi ninguno de vosotros, así que ¿de qué va esta perorata?

Va de sentirse orgulloso de ser valencianista. Va de conocer nuestra historia. Va de no necesitar ganar un título todos los años para ser grandes. Ya somos grandes. Mucho. Va de asimilar esa grandeza y no traicionarla. Va de reconocer al lobo vestido de corderito. De aplaudir las grandes jugadas y apoyar al equipo cuando las fuerzas flaquean. De acordarse del último título, aunque hayan pasado décadas de aquello. De escribir Montes, Cubells, Mundo, Puchades, Claramunt, Kempes, Fernando y Mendieta en las paredes desconchadas de nuestra memoria valencianista. Va de acordarse de los Cubs de Chicago cuando nuestro equipo acabe la temporada en décimo lugar. Va de qué es el fútbol y qué no lo es. Va de no pedir peras al olmo, pero saber saborear una buena ciruela cuando cae madura en nuestras manos. Os hablo de todo eso. De saberse espectador y, por qué no, actor de la gran historia de nuestro club de fútbol. Ni más ni menos.


Francisco García (àlies Cisco Fran)
Soci del València CF
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3 comentaris:

Anònim ha dit...

En cambio, muchos prefieren creerse el ombligo del mundo y proyectar sus propias frustraciones (¿las de la ciudad, las de la "Comunidad"...) sobre el equipo, los jugadores, los entrenadores... Y es cierto, a fin de cuentas, es sólo fútbol... and I like it. ¿O no?

Anònim ha dit...

Pero lo peor es que con planteamientos más realistas y menos demagógicos, aprovechando el enorme potencial que tenemos...hubiéramos sido más veces campeones. Eso es lo peor.

Con un discurso más equilibrado, sereno a la par que discreto pero no por ello menos exigente y constructivo, el Valencia tendría alguna liga más en el buche. Eso es encima lo que me jode. Que quienes venden humo luego son pésimos gestores. Y que muchos parroquiano son como el burro detrás de la zanahoria...

bar Torino

La Ranita de La Fuente Lagar ha dit...

Enhorabuena por este artículo. Me han dado ganas de leer un libro sobre la historia de los Chicago Cubs y eso que el Beísbol no me dice nada. Nuestro Valencia es grande y hay que recordar a todos esos genios que hn vestido nuestra camiseta, muchos que sólo vi en vídeos o documentales como Mundo,Puchades, Gillot, Wilkes, otros que sóo pude ver por Televisión o un solo partido como Mario Albero Kempes Temporada 83/84 (frente al Athletic Club de Bilbao 1-2, nuestro gol garcía Pitarch) y uno que sí he visto en Mestalla y que para mí , junto a Kempes, es el mejor jugador de nuestra historia, Pablo César Aimar. Pobres animalitos los que decidieron venderlo por dos duros y con 26 años para traer al equipo a un tal Tavano que...sobra el comentario. Ahora tenemos a Silva pero para ser más grandes aún deberíamos tener a su lado a Pablo Aimar.