dimecres, 4 de febrer del 2009

El último Valencia clásico. La era Espárrago.

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El actual Valencia que amamos, no el de los carruseles incesantes de expectativas ficticias ni el de la locura constante, sino el que nos recuerda a nuestra infancia, por el cual noventa minutos a la semana nos convertimos en niños de nuevo, tiene algunos pilares indiscutibles, que, la historia, si es justa, algún día habrá de ubicar en su merecido lugar. Me gustaría referirme, en especial, en estas líneas, a don víctor Espárrago, director técnico del “último Valencia clásico”, gobernado entonces por otra viga maestra de nuestra historia reciente: Arturo Tuzón.

Los partidos de la llamada “Era Espárrago”, me vienen a la memoria como los últimos del “Valencia Clásico”. A bote pronto cabría argumentar que son las últimas memorias de un Valencia en blanco total. Pero la justificación de “último clásico” alcanza aún al reducido número de fichajes (aumentando la parte de ilusión en cada uno de ellos), y a un Mestalla viejo y hogareño que era refugio de un club grande que volvió a serlo.

De Víctor Espárrago recuerdo muy especialmente su primera temporada, aquellas tardes en que Mestalla volvía a quedarse pequeño, con la frescura de una ilusión renovada. Su llegada es fiel reflejo de la línea de discreción y cordura propia del Sr. Tuzón y vino acompañada del primero de una larga y provechosa línea de porteros nacionales brillantes, Ochotorena en competición bajo los palos con un ya veterano Sempere. El portero vasco, con su inseparable camiseta Rasán gris fue la piedra angular de un Valencia renovado. Por la izquierda Zurdi, extremo desgarbado y un pelo a lo Cipriá Ciscar y también desde Asturias el eslabón mexicano de las eternas esperanzas blancas frustradas, un nuevo 9 interruptus: Lucho Flores y su simpático bigotito. Y, capítulo aparte, el gigante disfrazado, que era el gran Eloy Olaya, cuya dupla con Penev, debe entrar con letras de oro en nuestra historia.

Aquella temporada, mi primera como Socio del Club de pleno derecho, fue la del 1-0 casi eterno, partidos trabados, bien medidos tácticamente, victorias, peleas… sin más ambiciones que “Volver”…La tercera posición a final de liga fue, en aquellas circunstancias, un logro descomunal y que puso en órbita europea al valencia de los Quique, Fernandos, Arroyos y compañía…

El segundo año fue más que el “año Penev” (“llámenme Lubo” decía el talludo búlgaro ante el jocoso juego de palabras que provoca su apellido en castellano). La primera parte de la temporada estuvo, en realidad, sostenida por Toni y Fernando, además de los sempiternos Arroyo, Quique y Ochotorena. Lo del brasileño es un caso a analizar: 12 goles en la primera parte de la liga (y sus apasionadas y jolgoriosas celebraciones) merecen un análisis más profundo que aquella noche contra el Celta…

Vendría el Subcampeonato (la tarde de Cuxart contra el Logroñés) y una tercera campaña más discreta y olvidable pusieron fin al trabajo del mezcla doctor, mezcla alfarero, que fue Espárrago en nuestro club.

Del uruguayo se recuerda su chubasquero, su gorra, el balón blanco con triangulitos negros, a Modesto Emir Turren, alquimista de lo físico, la defensa Ochotorena-Quique-Voro-Giner-Arias primero, Camarasa después- Revert. Las gafas de culo de vaso y el cañón en la pierna de Tomás, El mundial de Italia con ¡Tres! Valencianistas, un Quique espléndido que no llegó, injustamente, a participar, un Fernando en la tradición del 10 (pocos minutos ante Corea) y Ochotorena.

Capítulo aparte merece el REGRESO A EUROPA, aquella noche europea, la primera de mi vida consciente, contra el Vitoria de Bucarest (3-1, estreno goleador, celebrado como era habitual en él, del brasileño Toni) y la épica ya trillada contra el Oporto, en aquel 3-2 que, los que lo vivimos, nunca olvidaremos.

Ver aparecer a los rumanos, con su equipaje azul, sus nombres casi impronunciables y la tensión de una eliminatoria europea, despertó del letargo europeo al viejo cemento que aún habría de ver noches de gloria infinita…Pero por aquel entonces, ganar a un equipo rumano, en UEFA era un triunfo más que memorable.

Aquel Valencia era peleón, serio, como su entrenador. Grande, pero sin delirios, rebosante de humildad, festejando toda victoria como se merecía, peleando cada balón como si fuera el último.

El “Último Valencia Clásico”… Como en una espiral del tiempo, llegó Hiddink y Mijatovic, la delirante era Roig y el nuevo cemento sobre el antiguo, la gloria europea… pero ya sin dorsales por titularidad, con foráneos comunitarios y Ligas de Campeones… El fútbol antiguo, el de toda la vida murió con los ochenta y, en Valencia, gracias a Espárrago y Tuzón, le dimos un entierro digno y, para siempre, memorable.


Sergi Calvo
Socio del Valencia CF
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15 comentaris:

Anònim ha dit...

Bravo Sergio, bravo.

Precioso homenaje a aquel Valencia CF, que a mí, al menos me hizo disfrutar y padecer en mi adolescencia, epoca en la cula vivía el futbol muchisimo mas intensamente que en la actualidad, quizás por eso, porque era FUTBOL.

Y gracias a Esparrago y sobre todo a Don Arturo Tuzón pudimos volver a recuperar el sitio que jamás debimos haber perdido.

El valencianismo le debe muchísimo a aquel gran presidente, el presidente.

Anònim ha dit...

Bravo Sergio, bravo.

Precioso homenaje a aquel Valencia CF, que a mí, al menos me hizo disfrutar y padecer en mi adolescencia, epoca en la cula vivía el futbol muchisimo mas intensamente que en la actualidad, quizás por eso, porque era FUTBOL.

Y gracias a Esparrago y sobre todo a Don Arturo Tuzón pudimos volver a recuperar el sitio que jamás debimos haber perdido.

El valencianismo le debe muchísimo a aquel gran presidente, el presidente.

Un saludo
Jose Miguel Lavarías

kawligas ha dit...

El "seny" de Tuzón es lo que no hemos vuelto a tener y hay que recuperarlo como sea. Una magnífica aportación.

Neófito ha dit...

De acuerdo contigo prácticamente en todo. El regalo que más ilusión me hizo en mi comunión fue un balón modelo Tango firmado por los integrantes de la plantilla 90-91.
A lo mejor acabó firmando el esférico Españeta, que al parecer era un consumado falsificador de las rúbricas de los futbolistas, pero la alegría por aquel regalo no tenía parangón por entonces.
Sergi, veo que le sacas partido al "Valencia, labrado a fuego", el primer libro del VCF que compusimos con fascículos los de mi generación.

Anònim ha dit...

Me chupé aquellas temporadas enteras y me hice amigo de Espárrago. Un caballero de los pies a la cabeza aunque al principio era de trato distante y personalidad huidiza. Hoy en día mantengo la buena relación con él que sigue enamorado de la ciudad de Valencia y del club. El retrato de la época me parece muy ajustado a la realidad. El Valencia volvió a ser un equipo respetado en toda España después de unos años complicados. No os olvidéis de Roberto Gil, injustmente denostado por los arribistas que pululan por ahí. Lo dio todo por el Valencia sin importarle las críticas.

Paco Lloret.

Anònim ha dit...

Gran artículo Sergi. Coincido 100%.

Lo de Roberto Gil que escribe Paco es un apunte más que merecido. Tampoco se le ha tratado como corresponde. Un capitán histórico y un hombre de club pendiente siempre de anteponer los intereses de la entidad a los suyos. Una rara avis.

Para los bobitos de turno es sólo: "té cosetes". Lo dicho: bobitos y miserables. Pero Roberto Gil es otro grande de nuestra historia.

De esa época siempre recordaré las ovaciones en el momento en que en los descansos se daba la recaudación del partido. Lo recordaba el otro día don Arturo en la entrevista de Super y creo que es la gran diferencia entre entonces y ahora: una afición consciente frente a un público infantilizado.

Rafa Lahuerta

Anònim ha dit...

Conservo de aquella época alguno de mis más queridos recuerdos sentimentales de mi valencianismo. Como ya os he dicho, no en vano, me hice socio del VCF (infantil, claro) en aquella 88-89, y aunque como he contado en otros artículos ya, por familia, conocía bien Mestalla, aquella temporada, con apenas 12 añitos, fue el inicio de mi valencianismo de manera autónoma. Un inicio en una era que hemos de recordar con orgullo y nostalgia.

Para los amantes de la "memorábila" decir que, sin ser exactamente un coleccionista, conservo de aquella temporada la TACITA MUSICAL que al levantarse sonaba en timbrito creo que el "Valencia, es la tierra..." (hace tiempo que se quedó sin pilas). A los que nos hicimos socios en Diciembre, nos regalaron un BALONCITO, patrocinado por Rank Xerox con todas las firmas de los jugadores....Junto con (los) cartocintos amarillos perforados en cada visita y con su fundita de Opel ("El Valencia a primera con Opel") y la bufanda que aquellos reyes me regalaron mis hermanos, forman los objetos de valencianismo que más cariño tengo.

Sobre el "Labrado a fuego", que , claro, conservo, decir que en mi casa ya pululaba el Perpinyá de tapa blanca, luego llegó su ampliación (ignominiosamente Roigista en los inicios de la catástrofe) del Levante EMV. Pero mi primer libro del VCF fue de una colección de tapa gris titulada "Equipos con historia" de 7 u 8 fascículos. También el "Regreso a Europa" de Paco Nadal(?) y algunos más que íban saliendo...de todos modos, sobre "literatura valencianista" hay por estos lares, verdaderos maestros que, espero, oportunamente, hagan un esperado post.

Saludos a todos, un placer compartir líneas.

Sergi Calvo
Socio del VCF

Anònim ha dit...

Ahora todo el mundo añora a don Arturo Tuzon, pero el bueno de Tuzon se tuvo q ir escuchando un "arturo canalla fuera de Mestalla", y un Mestalla vacio pq nos habia eliminado el R.Zaragoza en semis de la copa. Pero es q los valencianistas somos asi....

un saludo
Joan

Anònim ha dit...

por cierto otro engendro del Valencia actual es el equipacion. se ha querido eliminar el blanco por esa fobia q existe al Madrid y a todo lo de "la meseta"..... sin tener encuenta q 3 madrileños han marcado la historia viva de nuestro VCF, es decir Don Luis Colina, Alfredo Di Stefano (argentino pero madrileño) y Rafa Benitez

Joan

Anònim ha dit...

"El último Valencia clásico", es cierto. Luego una espiral de lucha por el poder accionarial, que desencadenó sin prentenderlo, un ajuste deportivo que llevó al Valencia finalista en Europa y a la fortaleza de la era Benítez. Del mismo modo la afición "clásica" de la General de Pie y su Gol Gran,fue reconvertida.

Es probable que la ruidosa afición de aquella década, ilusionada y con los pies en el suelo al conocer la década de los ochenta, haya sido catalogada de "conformista" por las nuevas generaciones de jóvenes que ante el espejismo de los laureles triunfadores, haya sucumbido al ideal de nuevo rico, que tan fácilmente conduce a endeudarse y vivir con la soga al cuello, ante el despilfarro de querer ser, lo que nunca has sido.

Entrañables recuerdos de aquel equipo,con el Valencia CF de blanco.

Alfredo Cardona

Alfredo Cardona

Anònim ha dit...

Me identifico al 100% con este post. Creo que somos de la misma quinta.

Ese equipo y ese club transmitían frescura renovada y ambición sin perder nunca de vista la humildad. Se aplaudían las recaudaciones y también cualquier pase errado... También recuerdo el partido en casa contra el Victoria de Bucarest como todo un acontecimiento. Y qué decir del Oporto de Madjer, la Roma de Voeller. Gasté todo el dinero recaudado en un cumpleaños en comprar "De vuelta a Europa"...

Puede que pronto volvamos a ver un VCF con una regeneración similar, pero por la vía equivocada, la única posible después de haber tocado de nuevo fondo en materia económica tras consumar en el último lustro la peor gestión de la historia.

Veo en Voro al Roberto Gil de entonces, fidelidad y servicio inquebrantable al club, y tal vez Míchel puede ser el estandarte de una nueva hornada de cantera como la de Fernando, Voro, Quique, Arroyo... Y también hay potenciales dirigentes con militancia y sentido común para levantar de nuevo al VCF.

Vicent Chilet

Romi ha dit...

Sergio comparto tus sensaciones.Las mismas deberian hacer meditar a posteriores y actuales personas con influencia en el club,dirigentes,instituciones,accionistas y aficionados.Nuestro equipo hoy se encuentra en una situación límite,estoy seguro que desesperada y no alcanzo a entender a que se espera desde las instancias políticas y financieras a intervenir.Este barco a la deriva ya no navega a base de FE,único argumento presidencial a la espera de contrato televisivo o financiación bancaria desde el exterior.Es necesario reconocer el problema,asumirlo y sobre todo gestionarlo.Como dices,Tuzón lo supo hacer.Con el equipo en segunda,supo comunicar la situación,aumento socios,ajustó los pagos a los ingresos,tuvimos el éxito rápido del ascenso y sobrevivimos.Y hoy debemos de hablar de supervivencia.Necesariamente apoyado institucionalmente,su máximo acreedor debe asumir su obligación,estructurar el club con ejecutivos y organización similar mas la deportiva,idéntica a la que desarrolla,sirva como ejemplo la que lidera Del Nido en el Sevilla.Conscientes de la toma de medidas anti-populares,ventas de jugadores,posible ampliación de capital,ralentización obras etc.Acertar con los responsables de cada area,recordando que esto no es un negocio si un trabajo,un reto,rodearte de gente que existe,que aporta,que quiere al club como alguno de los firmantes de este blogger y que conozco bien.Pero la elección ya no es si me gusta o no me gusta,se trata de subsistir.Sergio te decia que Tuzón lo supo hacer.Mira la foto,tal vez y por el ángulo,se trate de gol de Eloy al Madrid en partido televisado y que luego nos empataron.La imagen de Bossio la entiendo como la prolongación en el campo de la gestión de su añorado presidente.Un abrazo a todos.......Romi

Vicente ha dit...

Estoy bastante de acuerdo con Romi, me gustaría que la gente reflexione que este club no debe estar siempre mirando a Madrid y Barcelona. Nosotros tenemos las posibilidades que tenemos y no podemos embarcarnos en travesías que no nos conducen a buen puerto como la del Sr. Soler que apoyado por instituciones que ahora están muy calladas nos ha llevado a una situación límite. El club necesita sensatez y hablarle claro a la gente. Los delirios de grandeza hay que aparcarlos. Todos aquellos que vendieron sus acciones al señor Soler por un precio exagerado son cómplices de lo que está sucediendo. Los valencianistas de verdad tenemos que empezar a movilizarnos para sacar el barco del hundimiento al que lo han llevado. Desde el primer día vi que la transformación del Valencia en sociedad anónima sería un fracaso. Hay que organizar una plataforma para salvar al valencia. Necesitamos aportar todos, valencianistas de corazón, instituciones valencianas y si es preciso entidades financieras valencianas.

Anònim ha dit...

Muchas gracias por "recordar nuestros recuerdos", casi perdidos como la misma infancia.
El último Valencia clásico, el que sabía sus colores: blanco y los propios de su escudo. Y no otras invenciones de pura mercadotecnia.
saludos

Aviaco

Anònim ha dit...

Que bonito homenaje y que razón llevas,comparto contigo totalmente todo lo que dices.