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Mundial España’82. La selección argelina queda encuadrada en el grupo B, junto a Alemania Occidental, Austria y Chile. Era la cenicienta del grupo, pero en el primer partido frente a los alemanes, salta la sorpresa y vencen por 1-2, anotando el primer gol un tal Rabah Madjer. Posteriormente un vergonzoso apaño entre alemanes y austriacos dejan fuera de la segunda fase a Argelia.
27 Mayo 1987. Final Copa Europa entre Oporto y Bayern Munich, en el Práter vienés. Se adelantan los bávaros, pero en el minuto 79, Rabah Madjer, ya considerado como uno de los mejores jugadores de Europa, bate al mítico Pfaff con un histórico gol de tacón que sirve para empatar la final. Dos minutos después, el Oporto logra el definitivo 2-1 con el que ganan su primera copa de Europa.
13 Diciembre 1987. Copa Intercontinental, Tokio. El Porto vence 2-1 a Peñarol en una increíble final jugada bajo una intensísima nevada. Con 1-1 se disputa la prórroga, en la cual Rabah Madjer logra el gol de la victoria con una vaselina desde fuera del área.
Antes de disputarse ésta última final, comienza a correr el rumor que el Valencia quiere hacerse con los servicios de Madjer en calidad de cedido. Veníamos de años muy oscuros, descenso incluido, y sólo el hecho de que un futbolista de talla mundial pudiera recalar por entonces en nuestro equipo me llenaba de ilusión. Por entonces los rumores sí eran antesala de la noticia, no como ahora, que muchos de ellos se alimentan sólo para conseguir contratos suculentos, con las comisiones correspondientes para los agentes.
Recuerdo que seguí al milímetro todas aquellas noticias, principalmente a través de Antena 3 Radio, con nuestro amigo Paco Lloret informando. Las negociaciones parecían ir por buen camino. Estaba todo hecho, a falta de una única condición: el Oporto dejaría salir a Madjer sólo si se proclamaban campeones intercontinentales.
El 14 de diciembre, un día después de aquella final, jugada de madrugada, me levanté con un solo propósito. Enterarme si el Oporto había ganado aquella final. Sin Internet, sin los periódicos informando, ni por la radio, sin teletexto, ni siquiera llamando a un número de telefónica que existía de información deportiva, pude enterarme del resultado. Había que esperar al programa de Lloret a mediodía en Antena 3 Radio. Y sí, joder, el Oporto había ganado y al 99% Madjer jugaría con nuestra camiseta. Un crack mundial con nuestro escudo en su pecho.
Su debut se produjo el 3 de enero de 1988, contra el Athletic Club. La expectación fue máxima, no recuerdo otra igual. Lleno histórico y recaudación altísima. Todo por el argelino. Y a los 15 minutos, Subi mete un balón en profundidad para que Madjer, rapidísimo, tremendamente veloz, toque el balón con la cabeza adelantándose a Biurrun, en el gol norte. La locura. Sí, luego perdimos, pero aquel equipo no daba para más.
En la media temporada que estuvo, entre lesiones musculares y Ramadán, su rendimiento fue discreto. Tan solo anotó 4 goles en los 14 partidos que disputó. Y al final de temporada regresó al Oporto, club con el que volvió a pisar Mestalla en la noche gloriosa de Fenoll como valencianista con aquel 3-2. Y por cierto, Madjer marcó el primer gol de los portugueses.
Siempre he considerado a Rabah Madjer uno de los grandes. Y gracias a él, aquel mes de Diciembre de 1987, tras una larga travesía por el desierto, lo viví tan ilusionado como un chiquillo.
Jose Miguel Lavarías
Socio Valencia CF
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27 Mayo 1987. Final Copa Europa entre Oporto y Bayern Munich, en el Práter vienés. Se adelantan los bávaros, pero en el minuto 79, Rabah Madjer, ya considerado como uno de los mejores jugadores de Europa, bate al mítico Pfaff con un histórico gol de tacón que sirve para empatar la final. Dos minutos después, el Oporto logra el definitivo 2-1 con el que ganan su primera copa de Europa.
13 Diciembre 1987. Copa Intercontinental, Tokio. El Porto vence 2-1 a Peñarol en una increíble final jugada bajo una intensísima nevada. Con 1-1 se disputa la prórroga, en la cual Rabah Madjer logra el gol de la victoria con una vaselina desde fuera del área.
Antes de disputarse ésta última final, comienza a correr el rumor que el Valencia quiere hacerse con los servicios de Madjer en calidad de cedido. Veníamos de años muy oscuros, descenso incluido, y sólo el hecho de que un futbolista de talla mundial pudiera recalar por entonces en nuestro equipo me llenaba de ilusión. Por entonces los rumores sí eran antesala de la noticia, no como ahora, que muchos de ellos se alimentan sólo para conseguir contratos suculentos, con las comisiones correspondientes para los agentes.
Recuerdo que seguí al milímetro todas aquellas noticias, principalmente a través de Antena 3 Radio, con nuestro amigo Paco Lloret informando. Las negociaciones parecían ir por buen camino. Estaba todo hecho, a falta de una única condición: el Oporto dejaría salir a Madjer sólo si se proclamaban campeones intercontinentales.
El 14 de diciembre, un día después de aquella final, jugada de madrugada, me levanté con un solo propósito. Enterarme si el Oporto había ganado aquella final. Sin Internet, sin los periódicos informando, ni por la radio, sin teletexto, ni siquiera llamando a un número de telefónica que existía de información deportiva, pude enterarme del resultado. Había que esperar al programa de Lloret a mediodía en Antena 3 Radio. Y sí, joder, el Oporto había ganado y al 99% Madjer jugaría con nuestra camiseta. Un crack mundial con nuestro escudo en su pecho.
Su debut se produjo el 3 de enero de 1988, contra el Athletic Club. La expectación fue máxima, no recuerdo otra igual. Lleno histórico y recaudación altísima. Todo por el argelino. Y a los 15 minutos, Subi mete un balón en profundidad para que Madjer, rapidísimo, tremendamente veloz, toque el balón con la cabeza adelantándose a Biurrun, en el gol norte. La locura. Sí, luego perdimos, pero aquel equipo no daba para más.
En la media temporada que estuvo, entre lesiones musculares y Ramadán, su rendimiento fue discreto. Tan solo anotó 4 goles en los 14 partidos que disputó. Y al final de temporada regresó al Oporto, club con el que volvió a pisar Mestalla en la noche gloriosa de Fenoll como valencianista con aquel 3-2. Y por cierto, Madjer marcó el primer gol de los portugueses.
Siempre he considerado a Rabah Madjer uno de los grandes. Y gracias a él, aquel mes de Diciembre de 1987, tras una larga travesía por el desierto, lo viví tan ilusionado como un chiquillo.
Jose Miguel Lavarías
Socio Valencia CF
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