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Domingo 20 de Octubre de 2003, Mestalla a las 5 de la tarde, bajo un sol otoñal que todavía calentaba, lleno a reventar, ambiente excepcional, en estas que se disputaba la 7ª jornada de Liga 2003-04, el Valencia CF líder de la competición, alineaba a: Cañizares, Carboni, David Navarro, Ayala, Curro Torres, Marchena, Baraja, Jorge López, Vicente, Aimar y Mista… con Benítez de entrenador… uff… sólo repetir esta alineación afloran en mi mente mil y un recuerdos.
Enfrente el RCD Español, que en ese momento era colista, con Javier Clemente de entrenador y formando con Toni, Marc Bertrán, Carlos García, Jarque (d.e.p.), Lopo, David García, Morales, Bastía, Tayfun, Maxi Rodríguez y Raúl Molina. Huelga decir que el equipo perico acudía con numerosas bajas.
El partido no pudo empezar mejor Mista a los 7 minutos, tras un error de Toni (otro más en Mestalla) puso el 1-0 en el marcador.
El Valencia CF de entonces era una bloque rocoso, que jugaba con el tempo del partido, sabía sufrir cuando tocaba y apretaba el acelerador cuando lo necesitaba, así llegando casi al final de la primera parte, el RCD Español tuvo una oportunidad inmejorable para igualar el partido, pero allí estaba Cañizares para desbaratar una triple ocasión españolista, y acto seguido, Baraja en el 45’ y a continuación Mista en el 46’, dieron la puntilla a la primera mitad del partido.
El pitido del descanso, efectuado por Medina Cantalejo, llevó al merecido reparto de aplausos a los jugadores del Valencia CF, a mi alrededor sólo veía caras de satisfacción, alegría y orgullo de lo bien que iban las cosas a nivel deportivo en el club, era un domingo tranquilo, cuanto los añoro.
Al poco apareció Nicasio Agustina organizando la banda de música, para amenizar el descanso, parecía que se esforzaba bastante en hacerse entender, no era para menos, era la primera vez que una banda de música extranjera (holandesa para más señas) actuaba en el coliseo valencianista, y no parecían entender bien lo que el señor del puro les decía, así que una vez todos formados, el director de la banda, al más original estilo de una majorette, empezó a mover el bastón a diestro y siniestro, y con este gesto, los primeros acordes.
No recuerdo que pieza musical tocaban, me suena que era pegadiza y con mucho ritmo.
Nicasio encabezaba la comitiva, empezó a andar, siguiendo litúrgicamente la línea de cal exterior del césped, dando la vuelta interior a todo el estadio, pero no habría avanzado ni 30 metros, cuando ante el asombro y murmullo general, la banda de música holandesa se independizó de Nicasio, y emergió la figura del guía de la banda, moviendo el bastón con una energía extraordinaria, ahora hacia arriba, luego abajo, a la izquierda, a la derecha, vertical, horizontal, daba igual, él era el guía y el resto de la banda lo seguía por todo el estadio, y tras ellos Nicasio, que para entonces ya había perdido el puro, y agitaba los brazos, para llamar la atención de la banda y reconducirlos por el camino que durante años, todas las bandas habían seguido sin ningún problema.
El asombro general, fue convirtiéndose en sonrisa, luego en carcajadas y finalmente en mofa y descojono total.
La Muziekvereniging Somerens Lust iba de izquierda a derecha, en zig-zag, en vertical, en horizontal, y tras ellos Nicasio, al que no hacían ni puñetero caso.
Hubo un momento en que se cruzaron las miradas de Nicasio y el guía de la banda, y Nicasio le dijo que había que seguir la línea de cal exterior del césped: el guía holandés parecía que lo entendió y se fue detrás de Nicasio, este se dio la vuelta pensando que por fin lo seguían, y alehop, otro golpe de bastón y nuevo cambio de sentido de la banda holandesa. Nicasio estaba fuera de sí, creo que en ese momento soplaba y ponía los ojos en blanco.
La banda siguió tocando y llevándose el aplauso y la ovación del respetable, mientras a “Nica“ me lo imagino jurando en hebreo, mientras saltaba repetidas veces sobre su impoluta chaqueta del traje, en un gesto de rabia y desagravio.
La segunda parte, sobró, aún así Vicente puso el 4-0 en lo alto del marcador.
Tengo grabada esa tarde como un día completo, que rápido han pasado estos diez años, que bisoñez y que confiados estábamos: no lo sabíamos todavía, pero esta iba a ser la temporada más laureada de nuestra historia. El equipo jugaba de memoria, como un rodillo, con una precisión máxima: era un equipo compacto, solidario y comprometido. La nota de humor la puso la Muziekvereniging Somerens Lust, justificando que en Mestalla también es posible reír.
José Luís Aguilar, “Pepelu”
Socio del Valencia CF
Enfrente el RCD Español, que en ese momento era colista, con Javier Clemente de entrenador y formando con Toni, Marc Bertrán, Carlos García, Jarque (d.e.p.), Lopo, David García, Morales, Bastía, Tayfun, Maxi Rodríguez y Raúl Molina. Huelga decir que el equipo perico acudía con numerosas bajas.
El partido no pudo empezar mejor Mista a los 7 minutos, tras un error de Toni (otro más en Mestalla) puso el 1-0 en el marcador.
El Valencia CF de entonces era una bloque rocoso, que jugaba con el tempo del partido, sabía sufrir cuando tocaba y apretaba el acelerador cuando lo necesitaba, así llegando casi al final de la primera parte, el RCD Español tuvo una oportunidad inmejorable para igualar el partido, pero allí estaba Cañizares para desbaratar una triple ocasión españolista, y acto seguido, Baraja en el 45’ y a continuación Mista en el 46’, dieron la puntilla a la primera mitad del partido.
El pitido del descanso, efectuado por Medina Cantalejo, llevó al merecido reparto de aplausos a los jugadores del Valencia CF, a mi alrededor sólo veía caras de satisfacción, alegría y orgullo de lo bien que iban las cosas a nivel deportivo en el club, era un domingo tranquilo, cuanto los añoro.
Al poco apareció Nicasio Agustina organizando la banda de música, para amenizar el descanso, parecía que se esforzaba bastante en hacerse entender, no era para menos, era la primera vez que una banda de música extranjera (holandesa para más señas) actuaba en el coliseo valencianista, y no parecían entender bien lo que el señor del puro les decía, así que una vez todos formados, el director de la banda, al más original estilo de una majorette, empezó a mover el bastón a diestro y siniestro, y con este gesto, los primeros acordes.
No recuerdo que pieza musical tocaban, me suena que era pegadiza y con mucho ritmo.
Nicasio encabezaba la comitiva, empezó a andar, siguiendo litúrgicamente la línea de cal exterior del césped, dando la vuelta interior a todo el estadio, pero no habría avanzado ni 30 metros, cuando ante el asombro y murmullo general, la banda de música holandesa se independizó de Nicasio, y emergió la figura del guía de la banda, moviendo el bastón con una energía extraordinaria, ahora hacia arriba, luego abajo, a la izquierda, a la derecha, vertical, horizontal, daba igual, él era el guía y el resto de la banda lo seguía por todo el estadio, y tras ellos Nicasio, que para entonces ya había perdido el puro, y agitaba los brazos, para llamar la atención de la banda y reconducirlos por el camino que durante años, todas las bandas habían seguido sin ningún problema.
El asombro general, fue convirtiéndose en sonrisa, luego en carcajadas y finalmente en mofa y descojono total.
La Muziekvereniging Somerens Lust iba de izquierda a derecha, en zig-zag, en vertical, en horizontal, y tras ellos Nicasio, al que no hacían ni puñetero caso.
Hubo un momento en que se cruzaron las miradas de Nicasio y el guía de la banda, y Nicasio le dijo que había que seguir la línea de cal exterior del césped: el guía holandés parecía que lo entendió y se fue detrás de Nicasio, este se dio la vuelta pensando que por fin lo seguían, y alehop, otro golpe de bastón y nuevo cambio de sentido de la banda holandesa. Nicasio estaba fuera de sí, creo que en ese momento soplaba y ponía los ojos en blanco.
La banda siguió tocando y llevándose el aplauso y la ovación del respetable, mientras a “Nica“ me lo imagino jurando en hebreo, mientras saltaba repetidas veces sobre su impoluta chaqueta del traje, en un gesto de rabia y desagravio.
La segunda parte, sobró, aún así Vicente puso el 4-0 en lo alto del marcador.
Tengo grabada esa tarde como un día completo, que rápido han pasado estos diez años, que bisoñez y que confiados estábamos: no lo sabíamos todavía, pero esta iba a ser la temporada más laureada de nuestra historia. El equipo jugaba de memoria, como un rodillo, con una precisión máxima: era un equipo compacto, solidario y comprometido. La nota de humor la puso la Muziekvereniging Somerens Lust, justificando que en Mestalla también es posible reír.
José Luís Aguilar, “Pepelu”
Socio del Valencia CF
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3 comentaris:
Justamente este ultimo partido contra el Getafe, en el descanso comentamos y contamos a los mas nuevos esta misma anecdota,. Grande Nicasio. Cuando terminaba la vuelta en la peña Gol Gran cuando estaba en el sector 1 le cantabamos "el del puro oee el del puro oee" y el nos saluba orgulloso y sonriente.
Com a músic que sóc no s'oblida en la vida, per cert, a la seua pàgina web, a la pestanya on conten la seua història, una de les imatges principals apareix l'anomenada a l'entrada, en la banda a meitat camp quasi, i Nicasio (crec que és ell) un poc alterat...
http://somerenslust.nl/harmonie/historie.html
Es de veres Salva, no l'havia vist. Que gran.
Pepelu.
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